Halloween

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Alex

Abro lentamente mis ojos y estiro mi cuerpo. mi cabeza está a punto de explotar junto a una erección mañanera.
Entrecierro  los ojos y me doy cuenta que no estoy en mi habitación, si no en la de Alisa.

Miro a mi derecha y por la poca claridad del día distingo que ella duerme a mi lado, ocultando parte de su cabeza con la almohada. Entonces Amanecí con ella. ¿Pero cómo?

De alguna manera me hizo sonreír. La abracé por detrás sintiendo su espalda desnuda y su culo respingado, ¿en que momento le creció tanto?.
Al Abrazarla mi erección se pega de su trasero y suspiro cerrando los ojos.

De pronto me toca el pene, siento que se gira y abro los ojos, pero a quien veo es a Jorge.

—¡Noo, mierda, nooo!

—¡Noooo, diablos!

Lo empujo algo paranoico y me cubro.

—¿Me violaste? ¡Dios, si me violaste!— grita. Yo niego tratando de recordar todo.

—Yo no hice nada. No es posible.

—¡Me violaste! Me han jodido de nuevo.

Frunzo el ceño y no entiendo nada.

—¿Que diablos pasa aquí? — veo a Alisa entrar con su uniforme de trabajo—. ¿Que carajo hacían? ¡Oh mi Dios tuvieron sexo!

No, no es cierto. Recuerdo haber estado con ella aunque no sé si fue algún sueño o realidad.

...

Alisa

Escucho como discuten y con una sonrisa maliciosa, me levanto del sofá con un maldito dolor anal. Trato de caminar bien pero cerrar las piernas es imposible.
Entro a la habitación, ya con mi plan a la perfección.

Veo a Alex curiéndose y a Jorge medio traumado.

—¿Qué diablos pasa aquí? — exclamó fingiendo sorprenderme—. ¡Oh mi Dios, Tuvieron sexo!

Alex niega al igual que Jorge, yo cubro mi boca mostrando lo sorprendida que estoy.

—No, nosotros no hemos hecho nada. Fue contigo que tuvimos sexo— dijo  Alex— yo niego al instante.

—No, yo ni siquiera dormí aquí. Dormí con Gaby.

—¿Y como diablos estamos en tu casa, eh?— me reclama un Jorge furioso.

—Porqué yo ayer cité a Jorge pero el se desmayó y lo dejé en mi cama, pero luego tú llegaste y te desmayaste. Los dejé dormir juntos pero yo tuve que ir d le emergencia a donde Gaby, la pobre estaba enferma— me excusé

—¡Mentirosa del demonio!— me ofendió Alex —. Tú ayer estuviste con nosotros y tuvimos sexo.

Me reí secamente, tomé mi teléfono y marqué a Gaby en vídeo llamada.

—Gaby ¿A donde estuve yo ayer?

—Pss conmigo pendeja, me cuidaste la noche entera de esta maldita gripe— me dijo fingidamente.

—Es que Alex y Jorge amanecieron desnudo y creo que lo hicieron— le mostré la escena y esta empezó a reírse.

—Ay maricaa, sabía yo que volaban— se burlaba.

—¡Mentirosa las dos! — chilla Alex.

—¡No, no de nuevo no!— Jorge se arrodillaba y me recordé del trauma que había tenido.

Enseñame a seducir © Terminado (Libro1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora