Mi cuerpo se paraliza, mi vida se pausa. Una lágrima desciende por mi mejilla y el corazón se me hace pedazos. Un dolor en mi pecho me avisa que estoy perdiendo a mi otra mitad. ¿Que seria de mi ahora?
—¿Aldo, que pasa?
Sólo escucho a Gaby hablando y lentamente me siento al suelo sin pestañear.
—¿Qué?¡Habla bien que no entiendo!
Lágrimas recorren mis ojos. Alex, ahora que me doy cuenta de cuanto te amo, me piensas abandonar ¿ahora?
Prefiero la muerta a perderte
Es preferible morir a no tenerte
¿Que hiciste Alex?
—¡Mierda Alisa debemos ir al hospital! Alex está entre la vida y la muerte, tuvo un horrible accidente.
Mi corazón me duele. Quiero arrancarlo.
Alex.....
—¡Reacciona maldita sea. Alex te necesita estúpida!
Me lleva de la mano y estoy en trance, no puedo hablar, no puedo decir nada.
Miro por la ventana del auto. Los latidos de mi corazón disminuyen.
¡Yo te amo Alisa, maldita sea!
—Deberás ser fuerte Alisa. Debes hacerlo.
—Mi Alex. Ahora que me doy cuenta de que lo amo, pasa esto. Me duele Gaby, me duele mucho.
Sollozo más de la cuenta temiendo lo peor. No podría vivir sin él. Si muere yo muero.
—Sin pinky, cerebro no es nadie.
—Sin cerebro, pinky no es nadie.
—¿Que haremos hoy cerebro?
—Ya no conquistaremos el mundo.
—¿Por qué?
—Porque tu eres mi mundo.
—¡Ya reacciona Alisa! Vamos.
Me lleva del brazo y reacciono al instante. Llegamos a la sala de emergencia preguntando por Alex y decían que estaba de camino, de pronto veo a enfermeros corriendo hasta la entrada y ahí lo veo. Mi Alex en una camilla, casi destrozado. Su cabeza tenía sangre, sus piernas también. Era horrible lo que mis ojos presenciaron.
Mi Alex no.
—¡Alex!
Corro hasta él pero me alejan y se lo llevan. Trato de estar a su lado y no me lo permite, me desespero y grito con fuerza su nombre, pero lo veo desaparecer de mi vista.
—¡Alisa!— Aldo me abraza y empiezo a llorar decayendo poco a poco al suelo.
—¡No Alex!
Gaby y él me llevan a sala de espera y no dejo de llorar.
—¿Como pasó eso Aldo?— le preguntó Gaby.
—Alex tenía una semana encerrado en su habitación, por lo que vi estaba tomando mucho, no se alimentaba. Estaba depresivo. Ante de él salir del apartamento me dijo que haría el ultimo intento de...— empieza a llorar y lo miro— . de enamorar a Alisa. Que le llevaría serenata y.... ¡Dios mío! Él estaba ebrio cuando se fue.
—¡Dios es mi culpa! Mi maldita culpa — sigo sollozando.
Es mi culpa. Si muere yo muero.
—¿Que pasó con Alex? ¿Donde tienen a mi hijo?
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Enseñame a seducir © Terminado (Libro1)
RomansPara Alisa todo era perfecto hasta que descubre que el chico que ella quiere, odia a las chicas vírgenes y de pocas experiencias sexuales. Desmotivada y decepcionada por completo, acude a su mejor amigo Alex, quién estudia sexología y aparte es...