Amarte duele;
Amarte es perderte;
Amarte aún sin tenerte.Alex
En mi infancia me ha tocado jugar fútbol sin un padre presente.
Cuando me decían ¿donde está tu papá?, yo decía que murió. Era mejor decir eso a decir: mi padre nos abandonó.Ahora, cuando el amor me hace aceptarlo a mi vida, lo arrebata. Yo sabía de su enfermedad pero no esperaba que me lo llevaran tan rápido.
Y aquí estoy, tocando tu mano papá. Tan pálido y frío; veo una sonrisa marcada en tu rostro y me pregunto: ¿de verdad valió la pena todo esto para que muriera feliz?.
Entiendo, sonreiste porque cumpliste con tu sueño de obtener mi perdón, pero...¿de qué te valió el dinero si perdiste cosas más importante? ¿ahora que te queda, papá?Padre, ahora mismo te veo en cama. El llanto de tu esposa es silencioso, te aseguro que si hubiese estado con mamá ella hubiese muerto contigo, porque te amó con locura. Pero no es momento de juzgar, ya lo hice, ya me lloraste por perdón y ahora he aprendido una lección:
El perdón es el desahogo del alma.
Si perdonas con el corazón, estás aprendiendo a valorar más de lo que pueden valorarte a ti mismo.
Ahora soy yo quién quiere el perdón del amor de mi vida, ahora soy yo y lo encuentro tan difícil.Beso su mano y en ella plasmo una lágrima sellando el mal recuerdo que tenía suyo. Ahora sólo me quedaré con los buenos recuerdos.
—Te amo, papá. Llevate eso contigo, por favor.
El llanto no me puede más que intentar ocultarlo, y por más que trato de no romper a llorar, lo hago. Desahogo todo mi dolor y el sollozo es fuerte. Lo abrazo por ultima vez. Su cuerpo tieso, inmóvil, frío, nada queda. Nada papá.
—¡No! ¿por qué, papá? ¡despierta!— escucho a Erick lanzando todo. Me alejo de mi padre y lo veo llorar y arrancando su cabello de frustración—. Tú juraste estar conmigo. ¿Donde diablos estaba cuando te necesité?. Nunca estuviste conmigo en mi infancia. Nunca estuviste conmigo cuando me gradué. ¿Por qué huyes como un cobarde?
Me alejo de papá sin poder creer que Erick también sufrió lo mismo que yo. Pensé que mi padre si estuvo con él todo el tiempo. Pero por su tristeza veo que no fue así.
Él se acerca a papá y le llora sobre su mano.
—¿Todo esto para qué? ¡responde!... perdí mi tiempo tratando de ser el hijo perfecto, ¿para qué?. Yo sólo quería ser tu agrado. Yo sólo quería llenarte de orgullo, pero nunca estuviste ahí. Por estar pendiente a tu otra familia, por eso.
Cada palabras se incrusta en mi pecho. ¿Su otra familia? O sea, nosotros. Pero si él nunca estuvo pendiente, bueno, él nos buscaba pero no queríamos verlo.
ESTÁS LEYENDO
Enseñame a seducir © Terminado (Libro1)
RomancePara Alisa todo era perfecto hasta que descubre que el chico que ella quiere, odia a las chicas vírgenes y de pocas experiencias sexuales. Desmotivada y decepcionada por completo, acude a su mejor amigo Alex, quién estudia sexología y aparte es...