Pequeño y corto capítulo de Alex
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Estoy siendo injusto, lo sé. Estoy comportándome como un idiota; huyo de mi realidad, y ahora huyo de ella.
La hice promerteme que me esperara, lo dijo, ella misma me lo había prometido. No le comenté de este descubrimiento, sobre qué, en una parte de china hacen terapias curativas a bases de naturalezas y algunos entrenamientos. He leído comentarios de personas más grave que yo, que han logrado caminar y recuperar movimientos del cuerpo.
¿Por qué no le dije nada a Alisa?
Simple, si le digo tal cosa ella se ocuparía tanto de mi que no se enfocaría en sus estudios y en algunos exámenes que tiene que realizar. Aparte de que aquí me prohibieron traer una mujer o pareja, ya que me necesitan fuerte. Querían decir, que no puedo tener relaciones o masturbarme, porque eso me hace débil en el proceso. Y sé que con Alisa al lado, seria un problema. yo la amo con toda mi alma como para hacerla sufrir a mi lado, por eso no le expliqué sobre esto porque deseo sorprenderla cuando me vea caminando.Pero...¿Que pasa si no camino y veo en ella ese rostro de decepción? ¿que pasaría si mi vida dependiera de una silla de ruedas? ¿como jugaré con mis futuros hijos? ¿como les enseñaré a jugar fútbol?
¡No! Me rehuso a vivir así.
Ahora, con ayuda de un viejo amigo estamos llegando a china.
Largos minutos después tomamos un taxi quién nos llevó hasta el centro de rehabilitación natural. Allí me recibieron con amabilidad, me guiaron por un largo pasillo abierto, dando vista a un hermoso jardín.
La china me hablaba algo que no entendía, entonces le dije:
—Shi kari kua, chon fon ki ta shon— tanto ella como mi amigo me miraron extraño.
Realmente no supe lo que dije. Creo que el viaje me ha afectado.
—Amigo, yo hablo con ella— me dijo Tom entre risas.
—Yo entiendo, lo que pasa es que no me sale decir la palabra correcta.
Él habló con ella y nos guió hasta una sala, allí había un viejo calvo, exactamente igual que el de karate kids. Este se mantenía orando a una estatua de un hombre gordo.
La china le interrumpió su oración y él abrió sus ojos, giró hacía nosotros y sonrió. Se levantó y observé la túnica anaranjada que cubría parte de su cuerpo.
—Chaludos joven Alish, soy el doctoL Chon, encaLgado de su telapia.
A él se le dificultaba hablar normal, metía la "ELE" en toda la oración.
—Hola doctoL Chon, es un placeL hablaL con Usted.
Decidí imitarlo para que me entendiera mejor.
—Sho estuve leyendo su caso, y nos gustaLia inicial el ploceso hoy mismo.
—¿Sabe usted decir oráculo? — pregunté curioso intentando bromear.
—¿Olaculo?
Mi amigo y yo nos reímos.
—¿Y arreconda?
—¿Aleconda?
Me reí de nuevo pero al ver a la china seria, me puse serio.
—Perdón Doctol chon, podemos ploseguir.
—Glacias joven. Sigame.
Comenzamos con una terapia de baño tibio. Me desnudaron, bueno, me quedé en taparrabos. Empezaron a ponerme unas hierbas y especias curativas y orar a la vez. Movían mis pies y lo pellizcaban. Luego me ponían muchas agujas sobre cada poro de mis piernas.
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Enseñame a seducir © Terminado (Libro1)
RomancePara Alisa todo era perfecto hasta que descubre que el chico que ella quiere, odia a las chicas vírgenes y de pocas experiencias sexuales. Desmotivada y decepcionada por completo, acude a su mejor amigo Alex, quién estudia sexología y aparte es...