No me doy cuenta de que me han dejado sola y dormida hasta que Astor me despierta, y me doy cuenta de que estoy en el sofá frente a la dirección. Irene está dormida en el otro sofá, luce tranquila, muy tranquila, pero sé que no lo estará mucho tiempo, por eso decido no despertarla. Uno de mis guardias se encarga de llevarla en brazos y me sorprende que, siento que dormí como diez horas, cuando solo dormí quince minutos.
Pasamos por nuestras mochilas, Astor lleva la de Irene y yo llevo la mía. Las personas intentan acercarse a mí, pero le pido a los guardias que no lo permitan. Me lanzan preguntas como "¿Por eso eres tan ruda? ¿Porque tus papás te dejaron?" "¿Sigues con el francés? ¿O también te dejó?" "Eres una creída, ¿por qué tienes tanto dinero?" "¿Te vas a casar por conveniencia con alguien?" "¿Salimos juntos? Quiero una novia como tú". Cosas peores. Esto resulta tedioso, es por eso que me fascinaba la idea de que todos creyeran que me había hecho de una beca especial en el lugar, ahora que saben que pago mi universidad y la de Irene sin siquiera sentir que lo hago, todo se torna peor. Me tachan de millonaria creída, que por eso no tengo novio, porque vuelo alto, y a Irene la tachan de interesada, cuando en realidad es lo menos que ella sería. Ardo de furia y tristeza, porque sé que esto va a ser así por mucho tiempo, al menos hasta que Terrence lo desee, y parece que desea realmente que sea hasta el día de mi muerte.
"Por el resto de tu vida". Lo dijo. Carajo, cuando él habla, hay que tomarlo en serio.
Estoy a punto de irme, cuando veo a Gabrielle salir del salón de los Dellower llorando desconsoladamente. Le ordeno a uno de mis guardas que la ayuden y me acerco a la puerta, porque escucho gritos fuertes que no me suenan a gozo y alegría.
- ¡No te vuelvas a meter con ellas! -gruñe, lentamente, jadeante-. Eres... un... maldito... cobarde... que... merece... morir...
-Basta, Dante, déjalo - Bradley ordena con voz calmada, parece que se tratase de un juego de niños, cuando es una pelea de verdad-. Tuvo suficiente ya.
-He peleado con Gabrielle por tu culpa. Has arruinado la vida de Phoebe y de paso, has hecho que despidan a la pobre Irene de su trabajo - vuelve a golpearlo, más fuerte-. Y todavía te atreves a fingir ser el apiadado con ellas. Considérate hombre muerto.
-No sigas -le pido, los tres chicos me ven.
Terrence está tendido en el piso, cubierto de sangre. Ayudo a Dante a levantarse y miro a Terrence en el piso, también lo ayudo, porque no me parece que las cosas se resuelvan de una manera tan sangrienta.
-Perdón por volver a su salón, solo vi a Gabrielle llorando y escuché ruidos extraños. Me cercioro de que no la hayan golpeado o algo -digo, y niego con la cabeza-. No creo que Terrence cambie luego de golpes. Tampoco creo que tu relación con Gabrielle vaya a funcionar si la dejas ir sola llorando. Y no vengo a disculparme, pero sí a pedir que te detengas, Terrence, porque ahora tengo más problemas de los que antes tenía.
-Él no sabe lo que hizo -expone Bradley-. Le ordenó a la genio del instituto que consiguiera todos tus datos, y que los publicara. No sabe nada de ti, Phoebe.
-Pero seguro lo sabrá -suspiro pesadamente-. Soy la comidilla de la universidad.
Y me voy de ahí. De camino al auto, le ordeno a mis guardas que quiten las esposas de los chicos pegados a la estatua de Lao Tsé. Ellos lo hacen, con una táctica que no logro ver, y luego nos vamos. Los chicos me gritan agradecidos, llorando todavía, y yo les sonrío apenada. No es uno de esos días en los que quiero ser feliz por otros, es de esos días en los que quiero pasar encerrada, solo encerrada.
Pasamos dejando a Gabrielle a la mansión Dellower. Ella nos agradece y me pide que por favor me cuide. Luego de eso, vamos a mi casa. Me encargo de que Irene quede bien acomodada en su cama y me encierro en mi cuarto, dándole libre a mis guardas el resto de la tarde. Me doy una ducha y me pongo ropa cómoda para ir a pasear en un caballo a donde terminan los campos de golf, muy cerca de la laguna en un pequeño bosque que no es de mi propiedad, pero he conseguido que el dueño me diera permiso de pasear por él con la condición de que ningún árbol va a ser tallado y que ningún animal va a ser cazado.
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No te arrepientas [Libro I]
Romance"Es tonto extrañar pelear con alguien, pero resulta que cuando te acostumbras al ruido, el silencio en el que te escondías en el pasado resulta completamente difícil de aceptar". [2017]