39: Promesas.

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Estaciono mi auto frente a la mansión y aprieto mis dedos contra el volante. Son las nueve de la noche y lo único que puedo y quiero hacer es no tener que arrepentirme de esto.

Irene pasó a visitarme hoy en la mañana, y me lo advirtió. Me pidió, o más bien, me suplicó que viniera a despedirme de los Dellower, porque no era justo dejarlos así, y aunque sopesé la idea de no hacerlo, tarde me di cuenta de que debía. Y por eso, a estas horas de la noche estoy frente a su residencia.

Bajo del auto, intranquila, y me acomodo el suéter de franela que me he puesto, antes de avanzar hasta las dos grandes puertas de madera brillante. Dos guardas me interrogan.

-Vengo a hablar con la familia Dellower -les aclaro-. ¿Les dirían que es Phoebe Lawrence? Es urgente.

Los guardas hacen lo que les pido y, en un par de minutos, regresa uno de ellos. Me deja pasar a la sala de estar, donde me reciben Brenda, Zack y Bradley.

-Phoebe -Brenda salta de inmediato, sonriendo de oreja a oreja.

Mi expresión seguro no es la mejor, porque de inmediato, los tres dejan de sonreír.

-Hola -saludo, algo nerviosa-. Yo... ¿y Terrence?

-No quiere bajar -Bradley responde, con su tono tranquilo, inalterable-. Ya sabes, necesita tiempo.

-Está bien -digo, pero en realidad, estoy decepcionada-. De cualquier forma, solo venía a despedirme de ustedes.

- ¿A despedirte? -Zack salta, impresionado-. ¿Cómo así? ¿Adónde te vas?

-Mañana a las cuatro volveré a Italia -respondo, y me abrazo a mí misma, más inquieta-. No sé si saben, o se acuerdan, pero el mejor amigo de mis padres, mientras yo crecía, se hizo cargo de todas las empresas Lawrence. Y ahora... pues... debo regresar.

- ¿Por qué? ¿Y tan de pronto?

-Falleció -susurro, y mis ojos se llenan de lágrimas. Avergonzada, limpio mi cara y no me permito llorar-. Su familia ni siquiera pudo hacerle una ceremonia propia por mi culpa, y necesito, realmente, regresar. Debo hacerme cargo de todo.

-Está bien, pequeña -Brenda me da un abrazo fuerte, y un beso en la sien-. Espero, de verdad, que te vaya muy bien. Sé que eres persistente, realmente una mujer imponente y segura. Vas a triunfar.

-Gracias, Brenda.

-Gracias a ti, por todo -murmura-. Yo mejor me voy, te dejaré con ellos. Ten cuidado, que te vaya muy bien.

-Gracias. Descansa.

Brenda abandona la sala y Bradley señala el sofá frente a ellos para que me siente. No lo hago, no puedo sentarme, no puedo pretender quedarme un largo tiempo en esta casa. Debo irme, mientras más rápido lo haga, mejor.

-Solo venía a decirles algo importante -les aclaro-. Zack; espero que cuides muchísimo a Irene, porque si no lo haces, la llevaré conmigo y no la volverás a ver en tu vida. Aprovecha su amor, toma todo aquello que te ofrezca, porque no lo hará tres veces. Es la mujer más dulce que encontrarás, y vale la pena. Totalmente.

-Gracias, Phoebe. Irene me dijo que quería irse contigo, y agradezco que no la hayas llevado -sonríe, se pone en pie y me da un abrazo enorme-. Prometo cuidarla con mi vida.

-Eso espero.

-Yo mejor me voy, sé que debes hablar mejor con Bradley -se aleja de mí-. Espero que te vaya bien en Italia, sé que tendré buenas noticias tuyas.

No te arrepientas [Libro I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora