Capítulo 4

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Desperté con Gale llenándome la cara de besos.

-No me importaría despertar así todos los días.- dije con una sonrisa mientras estiraba mis músculos.

-A mí tampoco.- dijo él y atrapó mis labios con los suyos.

-¿Qué hora es?- pregunté una vez que nos separamos.

-Van a hacer la 8 am.-

-Hora de levantarse.- dije saliendo de la cama mientras me tapaba con la sabana.

-No entiendo cómo es que aún te cubres después de la infinita cantidad de veces que te ví desnuda.- dijo él mirándome con una sonrisa.

-Me tapo porque sé que si me ves desnuda no me vas a dejar salir de la habitación.-

Ví que él se levantó de la cama, desnudo, y caminé ligeramente hacia el baño, le puse el seguro y escuché cómo se reía él.

Cuando terminé de bañarme me puse una calza negra, una musculosa del mismo color y una camisa de leñador azul encima.

-Todo tuyo.- dije con una sonrisa saliendo del baño.

-En la noche, no te me escapas.- dijo él entrando.

-Que miedo tengo... ¡Auch!- chillé cuando sentí la nalgada que me dio.- ¡Maldito idiota!- le grité de afuera, ya que ya se había encerrado.

Bajé y comencé a hacer el desayuno.

-Buen día, mamá.- dijo Tyler entrando a la cocina. Se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla.

-¿Cómo estas, hijo?- le pregunté con una sonrisa.

-Excelente. Hoy vamos a ir con papá, Mike y Caleb a la cascada escondida.-

Lo miré a los ojos y no hacía falta ser una Murdok para ver la emoción que tenía este niño.

Caleb era el hijo de Mike, tenían la misma edad, más o menos.

-Me alegro mucho, hijo. Recuerda que aún estás castigado, solo te dejo salir para que te entrenen, nada más.-

-Hola, ma.- dijo Amy entrando a la cocina.- Hola, hermanito.

-Hola, Amy.- le contestó él.

-Hola, hija.-

Les serví el desayuno y apareció Gale.

-¡Buen día, familia! ¿Hijo, estás listo para la aventura?-

-"Aventura" ¡Papá, yo quiero ir!- exclamó Amy.

-Hija, tú tienes que entrenar con tu madre para ser tan buena como ella con el arco.-

-Gale.- dije fulminándolo con la mirada.

-¿Qué?-

-¿Podemos hablar?-

Él se levantó de su silla y nos dirigimos al estudio que estaba al final del pasillo en la planta baja.

-¿Qué pasa?- preguntó.

-¿Quieres que Amy sea una Murdok?-

-Bu.bu. Bueno yo... no estaría nada mal tener a dos Murdok en la manada.- dijo mirándome.- ¿Tu no quieres?- preguntó con el entrecejo fruncido.

-No.-

-Esto es increíble. ¿Por qué no?-

-Leí que pueden llegar a ser muy peligrosos...-

-No debes hacerle caso a los libros, cariño.- dijo tomándome de los hombros.- A veces pueden mentirte.-

-Gale, por favor deja tu cinismo de lado y escúchame....-

-Sea lo que sea Amy debes aceptarla.-

-Ya lo sé, pero no crees que debe tener el mismo trato que le das a Tyler.-

-Tyler será un lobo y debe ser entrenado como tal.- su voz comenzaba a subir de tono.

-¡¿Y qué si Amy es la loba y Tyler un Murdok?!- le grité.

-Eso no pasará.-

-No puedes ignorar lo que ellos vayan a ser de grandes.-

-Y no lo hago. Pero déjame hacer las cosas a mi manera ¿sí?-

-También son mis hijos.-

-Pero es mi manada.-

-También es la mía desde que decidiste dejarme como la luna de ella.- le retruqueé.

Nos miramos fijamente, hasta que él abrió la puerta y salió del estudio, dejándome sola.

-Imbécil.- susurré apoyándome en el escritorio.

Salí del estudio y me dirigí a la cocina.

-¡Papá, Caleb y Mike ya llegaron!- gritó Tyler entrando a la cocina.

-Bien, vamos.- dijo éste agarrando el abrigo de Tyler y saliendo de la cocina sin despedirse.

-Chau, mami.- dijo Tyler dándome un dulce beso en la mejilla.

-Nos vemos luego, cariño. Pórtate bien y ten cuidado.-

-Sí, mami.- dicho eso desapareció por la puerta principal.

Dulce Destino [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora