-Dijiste que te viste a ti misma ¿en una clase de sueño?-
-Así es.- le respondí a Nessy.
Estábamos en el estudio de David, con Sue, Nessy y David. Les conté todo lo que ví cuando estaba "durmiendo".
-Tal vez se traté de alguna visión de tu familia.-
-¿Pero las visiones no son del futuro?-
-Tal vez esta sea del pasado.- le explicó David a Sue.
-David tiene razón, en el pasado los Murdok utilizaban los sueños para comunicarse o....- Nessy hizo una pausa y me miró con temor.- para encontrarse.-
-¿Pero con quién me encontraría?- pregunté.- En el sueño pude ver que eran tres hermanos.-
-No lo sé, Alex. Es todo muy inconcluso.- dijo David mirando por la ventana.
-Tal vez deberíamos dejarlo así, al menos hasta que tengas otro sueño y podamos resolver todo este rompecabezas.- dijo Sue palmeándome el hombro.
-Tal vez.- repetí soltando un largo suspiro.
Uno por uno fue abandonando la sala hasta que quede completamente sola.
Los ojos de ese chico, el que ví en mi primer sueño, no podía sacármelo de la cabeza. Nada de esto tiene sentido. ¿Era esa mi verdadera familia? ¿O solo fue producto de mi imaginación?
Negué con la cabeza y salí del estudio. Pasé por el living pero no había nadie, fuí a la cocina y tampoco había nadie. Escuché risas provenientes del jardín, caminé hacia él y pude ver una agradable imagen. Amy jugaba a las lucha con Caleb, mientras Tyler estaba sentado junto a su tía Hannah debajo de un árbol y ambos miraban los insectos disecados que habían recolectado. David, Sue y Nessy estaban sentados en los bancos hablando. Mi vista se dirigió a Gale, el cual estaba hablando con Mike, Nick y Eric. Nuestras miradas se cruzaron pero él la desvió de inmediato.
Fui a sentarme con mis suegros y comenzamos a hablar sobre cosas de la vida y que esto y que aquello.
Sue nos obligó a quedarnos en la mansión, ya que para ella no era correcto que nos fuéramos solos a nuestra casa con esas cosas de ojos verdes vagando por el bosque, además de que no quería que ninguno de sus nietos salga herido nuevamente.
Llegó la hora de dormir y yo me dirigí al cuarto que compartían los mellizos, les dí el beso de buenas noches y justo cuando salía del cuarto me crucé con Gale, con quién por cierto no hablamos en todo el día. Cuando pasó junto a mí, no lo miré pero pude sentir una oleada de miedo y arrepentimiento viniendo de él.
Me dolía no hablarle pero mi orgullo se encargaba de que ese dolor no sea tan molesto. Además, él se tenía bien merecido sentirse así, aunque yo lo traté de basura, pero él me trató de zorra primero, asique él tendría que romper esta ley del hielo que él comenzó.
Llegué al cuarto, me puse mi pijama y me acosté. Cinco minutos después sentí como se abría la puerta, era Gale. No hacía falta mirarlo para darme cuenta, ya conocía sus pisadas además de que desprendía ese rico aroma a jazmines y limones.
Sentí cuando se acostó a mi lado y podía sentir su respiración chocando contra mi espalda. Sentí que abría su boca, supuse que era para hablarme pero en lugar de eso no dijo nada. Solo se dio media vuelta y apagó la luz del velador.
Eso dolió. Una lágrima traicionera se escapó de mi ojo izquierdo. Cerré mis ojos e inconscientemente me dormí.
Me desperté y pude sentir una mano en mi cintura. Él estaba pegado a mi cuerpo, supongo que es la costumbre. Salí sigilosamente de la cama y me dirigí a la ventana, el sol aún no salía, varias nubes grises y negras comenzaban a surcar el cielo, parece que habrá una gran tormenta.