Capítulo 29

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-¿Puedo saber en dónde te habías metido?- preguntó Gale tomándome del brazo y arrastrándome hasta el estudio.

-¿Qué?- pregunté soltándome bruscamente de su agarre y veía como cerraba la puerta.

-Te estuve buscando por todas partes.- me miró de arriba a abajo y levantó sus cejas inquisitivamente.- Por lo que veo decidiste salir.-

Si, estuve en el bosque y casi muero, pero mis hermanos llegaron justo a tiempo para rescatarme.

-Salí un momento. Necesitaba un poco de aire fresco.- dije y me sorprendí al ver que Gale pudo escuchar lo que dije, debido a que mi voz salió tan baja que se me hizo imposible que él lo lograra.

Para mi sorpresa, él me tomo de la cintura y me rodeó con sus brazos.

-No debes ponerte celosa de Jade.-

-¿Por qué no?- pregunté. Aún seguíamos abrazados.

-Solo no lo hagas.- me pidió, a lo que asentí.

-¿Dónde están tus invitados?- pregunté, separándome de él.

-Se fueron a dormir. El viaje los cansó.-

-Mmmm... Ya veo.- dije tratando de sonar interesada.- Estoy... estoy muy cansada.- dije sin lograr reprimir el descomunal bostezo.

En realidad si estaba cansada. Ese vampiro se llevó todas mis fuerzas y yo tranquilamente podría dormir, como mínimo tres años.

-Yo tenía otros planes para nosotros dos esta noche.- dijo él tomando mi mano y pegándome a su cuerpo.

Con una mano en mi espalda baja y la otra en mi mejilla, se acercó lentamente a mí hasta rozar sus labios con los míos. Él tenía sus ojos cerrados y en cuanto nuestros labios se juntaron, cerré mis ojos lentamente.

Aún estaba molesta con él por haberme ignorado así como lo hizo, pero no podía negarme a sus besos.

Después de un momento se separó y me miró extrañado.

-Eso... eso es... ¿chocolate?- preguntó relamiéndose sus labios.

Tapé mi boca y pude sentir el chocolate en ella.

-¿Estuviste comiendo chocolate?- volvió a preguntar.- Pensé que no te gustaba.- añadió mirándome raro.

-No lo hacía... no lo hace.- dije nerviosamente.

-¿Pasó algo cuando saliste?- comenzó a acercarse a mi lentamente, mientras miraba directamente a mis ojos, como buscando a que flaqueara en cuanto le cuente mi falsa historia.

-Nada.- contesté normalmente.

Me acorraló contra el escritorio y tuve que recargarme sobre éste. Metió su mano por debajo del tapado y comenzó a pasear su mano desde mi rodilla izquierda hasta mi muslo.

-¿Qué es esto?- habló con su voz ronca mientras destapaba mi pierna.- ¿Saliste a cazar o qué?-

Lo separé de mí y salí del espacio en el que estaba acorralada.

-¡Solo salí a pasear! ¡Es todo! ¡No podía ir sin protección!- exclamé irritada.

-¡Sabes lo peligroso que pudo ser! ¡¿Y tú sales así como así?!-

Me moría por decirle que casi estuve a punto de morir, no lo niego, tenía razón.

-Perdón... yo... no quise gritarte.- se disculpó después de un rato en que nos hundimos en un incómodo silencio.

-Está bien. Tienes razón.- admití.

Se acercó a mí y junto nuestros labios en un cálido y dulce beso, pero este comenzó a hacerse más salvaje y atrevido, hasta que me separé de él, jadeante y con los labios hinchados. Él me miraba confundido.

-No estoy de humor.- dije secamente.

-Vas a cambiar de opinión...- trató de acercarse a mí, pero puse una mano en su pecho y lo detuve.

-Es en serio.- hablé severamente.- No estoy de humor.-

Él me soltó, podía ver el enfado en sus ojos grises, que ahora me miraban entornados. Le dí la espalda y salí del estudio. Subí al cuarto, me despoje del tapado y lo escondí con el cuaderno en su interior, me saqué las musleras y las dejé en el armario al que pertenecían. Busqué mi pijama y me metí en el baño, llené la tina y me sumergí en ella.

<< Soy Alexandra HeavensBinnsh, pero me casé con Gale hace siete años y desde entonces he sido Alexandra Bouvier. Crecí en un orfanato en las afueras de Chicago. A los 16 me enliste en el ejército. Recientemente me enteré que tengo dos hermanos, uno de ellos es mi mellizo. Mis padres fueron cruelmente asesinados por lobos...>>

Saqué mi cabeza a la superficie.

No podía siquiera pensar en ello. Tomé mi cabeza entre mis manos y rompí a llorar.

¡¿Cómo era posible?! ¡¿Cómo pude ser tan tonta?! ¡¿Casarme con la raza que mató a mis padres?! ¡Por su culpa tuve que pasar 16 asquerosos años en un sucio orfanato, en donde debía valerme por mi misma y en donde todos se aprovechaban de mí solo por ser la más pequeña de estatura!

Todas estas palabras golpeaban fuertemente en mi cabeza, las lágrimas salían con furia y calientes resbalaban por mi frío rostro, mi cuerpo temblaba y no estaba segura cuánto tiempo estaría metida aquí.

Después de media hora logré tranquilizarme y poner mis pensamientos a raya, aun no sabía qué tendría que hacer. Tenía el corazón divido en dos, por un lado estaban Gale y los niños y por el otro mi verdadera familia Murdok.

Unos golpes a la puerta hicieron que me sobresaltara.

-¿Todo en orden ahí dentro?- preguntó Gale del otro lado.

-Estoy bien.- contesté de mala gana.

-¿Estás llorando?-

Odiaba sus sentidos agudos de lobo.

-Es solo un resfriado.- contesté.

Salí de la tina, me sequé el cuerpo y me puse mi pijama, un short negro y una remera larga y gris que antes le pertenecía a Gale.

Cundo salí del baño me choqué con un par de ojos grises que me miraban inquisitivamente. Los ignoré completamente y me derrumbé en la cama.

-Debemos hablar y dejar todo claro.- dijo él, acostándose a mi lado.

-Hablamos mañana.- me volteé dándole la espalda y apagué la luz del velador.

-No. Escucha, sé que estas molesta por...-

Mis ojos comenzaron a cerrarse y la voz de Gale se iba apagando a medida que me hundía en los brazos de Morfeo.

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Últimamente ando con mucho bloqueo creativo, asique no se preocupen si no actualizo rápido.

Saludos y gracias por sus votos ;)

Dulce Destino [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora