-Hola.- saludó él.
-Hola.- dije fríamente.
Ambos nos quedamos en silencio, un incómodo silencio. Era obvio que yo tendría que iniciar con esto.
-¿Querías decirme algo?- pregunté, a lo que él asintió.- Y... ¿qué es?-
-¿Podemos ir al estudio?- .
Comencé a caminar y entré al estudio.
-¿Qué quería...?- no pude terminar de hablar porque él me volteó y comenzó a besarme con desesperación.
Lo separé de un empujón y limpié mi boca.
-¡¿Crees que puedes solucionar todo con un estúpido beso?!- le grité.
-¿Qué? Pensé que te gustaría...-
-¡Pensaste mal! ¡¿Tienes idea del daño que me haces cada vez que me tratas como una zorra?! ¡¿Realmente piensas que podría engañarte?!- las lágrimas comenzaban a salir sin permiso.
Me sentía como una completa perdedora, llorando delante de él. Cubrí mis ojos con mis manos y traté de calmarme.
-Alex, realmente lo siento.- dijo él tratando de abrazarme.
-Suéltame.- le espeté tratando de escapar de sus brazos.
Forcejeé y forcejeé pero me fue inútil. Su cuerpo cubría el mío y yo estaba debajo de sus brazos.
-Lo siento mucho, pequeña. No quise hacerlo. Sabes que te amo y que tú eres mi pilar fundamental para que yo no pierda la cabeza.- tomó mi cabeza entre sus manos y me obligó a que lo mirara.- Odio ver esos hermosos ojos marrones mojados por una bestia como yo.- junto nuestras frentes y cerró sus ojos.
En ese momento todo el ruido del mundo desapareció, el tiempo se volvió más lento hasta que se detuvo. Mis piernas comenzaron a temblar y mi estómago empezó a doler. En ese momento me dí cuenta que algo andaba mal.
Cuando todo cayó delante de mí, el tiempo volvió a correr y el ruido se hizo más ensordecedor que nunca, escuché un horrible grito proveniente de afuera.
Me solté de Gale y corrí hacia el jardín trasero. Lo primero que hice fue localizar a mis hijos, pero al único que ví fue a Tyler abrazado a Nessy.
-¿Dónde está Amy?- dije acercándome a Nessy.
-Ellos se la llevaron.- respondió ella, temblorosa.
-Mami, tengo miedo.-
-Todo estará bien, cielo.- dije dirigiéndome a Tyler.- ¿Cómo eran? ¿Pudiste ver algo?- le pregunté a Nessy.
En ese momento llegó Sue y David.
-¿Por dónde se fueron?- le pregunté a Nessy y ella señaló al bosque.
Tomé un hacha pequeña que estaba clavada en un tronco y salí corriendo hacia el bosque ignorando los gritos de Nessy y de David.
No me importaba nada, pueden lastimarme, torturarme, incluso matarme, pero con mis hijos no se metan.
Las lágrimas en mis mejillas comenzaron a sercarse, mi corazón latía a mil y mis piernas estaban más agiles que nunca.
Escuché un grito de niña y enfoqué todos mis sentidos hacia su lugar de procedencia.
-¡Amy!- grité.
-¡Mami!- sentí que respondía.
-¡Amy!-
-¡Mami!-
Corrí hacia ella y pude ver a lo lejos a un tipo con campera negra y llevaba a mi hija en su hombro como si fuera una bolsa.