Amy y Tyler se encontraban en la biblioteca, dibujando, mientras degustaban las galletas que su abuela Sue les había preparado.
Ambos comenzaron a sentir un dolor muy feo en el pecho, como si les hubieran roto el corazón, aunque ellos eran muy jóvenes para saberlo. Se miraron entre ellos y lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos.
Amy apretó tan fuerte el lápiz rojo, que este se partió en dos, sobresaltando a su abuela, quien estaba leyendo junto a ellos.
-Amy, cariño ¿Qué sucede?- le preguntó, pero en respuesta, su nieta se echó a llorar en su hombro.
Sue, algo confundida y aterrada, miró a Tyler, quien escondía su carita detrás de sus manos y también lloraba.
-¡¿David?!- llamó a su esposo y éste apareció de inmediato en la biblioteca.
Ambos trataron de consolar a sus nietos pero estos solo se dedicaban a llorar sin dar explicaciones, mientras que a kilómetros de distancia su padre yacía llorando sobre el cuerpo sin vida de su mujer y madre de sus hijos.
Gale se lamentaba a él mismo el haber llegado tan tarde para evitar que a su mujer la mataran. Pero había algo que Alex sabia, y él no, ella sabía que no viviría, no después de que ese vidrio se enterró en su cuerpo tan profundamente y sabía que no llegaría al hospital de todos modos, las puñaladas que Louis le dió solo apuraron su muerte.
Los hermanos de Alex no pudieron evitar que la historia se volviera a repetir.
Cargaron su cuerpo en la misma camioneta que la llevó su propia tumba.
John condujo hasta la finca de la familia Bouvier, mientras les pedía perdón a su difunta hermana y a sus sobrinos. Dann, por su parte, sentía que le habían arrebatado lo más importante que había encontrado.
Los lobos y los ocho murdoks llegaron a la finca. Para ese entonces los mellizos se habían quedado dormidos en el cuarto de sus padres. Nadie decía nada. El ambiente pesaba y era imposible de soportar. John tomó a su hermana en sus brazos y rápidamente Sue y David salieron, acompañados por Ámbar, quien rompió el silencio con un grito desgarrador. David la abrazó y se la llevó al interior de la casa mientras que Sue le hacía señas a John y a los demás murdoks para que entraran a la mansión. Los condujo hasta la biblioteca y dejaron a Alex sobre la mesa.
Su cuerpo había perdido masa muscular, su cara se veía pálida y sus pómulos se marcaban con brusquedad. Gale no podía creer que su Luna, su mujer, su chica, su mate, se encuentre en una mesa con sus ojos cerrados, sus labios fríos y sin color... las lágrimas silenciosas solo salían sin control y él no hacía nada para detenerlas. Tomó su mano izquierda y acarició su anillo de bodas.
-Te amo, te amé y te amaré por toda la eternidad.- sollozó sobre el pecho de Alex cuando los dejaron solos.- Créeme que si pudiera devolverte la vida lo haría, mi amor.- las palabras eran arrastradas junto con los sollozos. Intento hablar de nuevo pero le dolía tanto como respirar.
Las cosas se complicaron para la familia de Gale cuando los mellizos preguntaron por su madre. Amy, quien creó una conexión con su tío John desde el primer día en que se vieron, pudo ver y sentir todo lo que el sintió cuando el corazón de su madre dejó de latir.
-¿Mamá murió?- preguntó Tyler con lágrimas en sus ojos a su padre, mientras lo miraba desde el umbral del estudio.- ¿Es cierto?- volvió a preguntar exasperado.- ¿Murió?-
Gale exhaló casi todo el aire que tenía en sus pulmones, miró al cielo y le pidió ayuda a su esposa para poder explicarle con delicadeza que ella ya no iba a estar más entre ellos.
El sepelio de Alex... pasó como cualquier otro sepelio, cargado de tristeza, narices sorbiéndose, pasos que se hacían cada vez más pesados. Todo era horrible e imposible de creer.
-Feliz navidad.- susurró Gale cuando se hicieron las doce de la noche.
Todos trataban de mantener una sonrisa, todos trataban de mantenerse erguidos y fuertes, por ellos, los mellizos que creían que su madre había ido a una misión a la luna. Pero cuando la noche llegaba y todo se hundía en la oscuridad, Gale lloraba abrazado a la almohada que una vez fue de su esposa. Se sentía miserable y estúpido por no haber estado allí con ella, pero sabía que sus lamentos no la volverían a la vida.
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Años después.....
-Desearía que estuvieras aquí, cielo. Todo ha sido tremendamente duro desde el día en que te fuiste, hace cuatro años.- la voz de Gale en medio del cementerio salía apagada y lúgubre.- Créeme que hice hasta lo imposible por encontrarla, pero todos mis planes se han visto en la ruina, lo siento tanto.- una lagrima silenciosa se escapó de su ojo izquierdo.- Dos años han pasado desde que se la llevaron. Tyler está como loco, no soporta estar sin su hermana, mucho menos sabiendo que ella puede estar en peligro.- se agachó, dejo una rosa blanca en la tumba de su mujer y comenzó a caminar hacia la salida, volteó y susurró...- Te extraño.- apretó su mandíbula para no llorar y siguió caminando, con la cabeza gacha y a paso lento.
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Bien, ya esta. Ahora solo les pido tiempo y paciencia, en cuanto tenga los primeros capítulos de la tercer temporada hago un aviso actualizando la segunda parte.
Gracias por tanto!!!