Stay - Larry Stylinson [M-PREG]

11

Harry me había traído a una pizzería, pero no una cualquiera. Era sofisticada, no muy común, un poco cara, pero valía la pena. Las lámparas eran muy luminosas y hacían lindo adorno junto a los interesantes cuadros con arte abstracta. Las sillas eran cómodas y la madera de las mesas, fina. El color marrón pastel del local era acogedor, el suelo reflejaba la luz de las lámparas y el frío muy refrescante.

Habíamos pedido dos lasañas de pollo de salsa blanca y para acompañar, agua mineral. Harry y yo no eramos de hacer dieta, pero sí ejercicio. Yo lo acompañaba al gym una que otras veces, pero él asistía más que yo. Cuando trabajo, él aprovecha para trabajar lo que hoy es su tonificado y fuerte cuerpo.

Disfrutamos nuestras comidas hasta la última migaja y nos prometimos volver. Esta exquisita comida te hacía querer más y llenaba tu estómago.

Luego de pedir la cuenta, nos dirigimos al coche.

-Estoy llenísimo! -solté, tocando mi abdomen.

-En serio, Lou? No aguantas nada! -mofó

-No te burles de mí! -le saqué la lengua.

-Sólo comimos una lasaña. -rodó los ojos sonriendo.

-Y tú de animal que querías pedir otra! -exclamé entre risas. -Eres un barril sin fondo, Hazz.

-Tú también. -me miró pervertidamente.

-Haaarryyyyyy! -tapé mi cara con mis ojos.

-Queeeee. -rió como loco.

-Eres unn tontitooo, perooo asi te amoooo. -extendí todas las palabras.

-Yooo tambieeeen. -me siguió la corriente. -Y adivina?

-Qué? -mis labios formaron una 'o'.

-Todavía tengo otra sorpresa! -chilló entusiasmado.

-Cuál?! -respondí curioso.

-Conseguí dos entradas para ver el juego de tu equipo favorito Doncaster Rovers! -su sonrisa era más grande que la de un niño cuando le regalaban su tan anhelado juguete y sus hoyuelos perfeccionaban esa sonrisa, pero su felicidad no era por eso, sino porque sabía que moriría de emoción.

-EN SERIO, HARRY, NO ME MIENTAS. -grité como reacción.

-SÍ Y SON V.I.P! -dio un pequeño saltito.

-GRAACIASSS, AMOR! -no pude contener mi felicidad y comencé a deborarlo con besos.

-Ya, bebé, ya! Jajaja. -su risa era perfecta. -Yo también te amo, pero llegaremos tarde... Louis, jajaja, me afixias! Necesito espacio!

-Ok, lo siento, qué delicada. -bromeé y Harry me miró feo. -Mentira, amor.

-No, no me hables. -miró hacia otro lado. Qué le pasó?

-Pero...

-Nada.

-Era una bro-

-No.

-TEAMO,HABLAMEPORFAVOR,LLEVAMEALJUEGO. -dije tan rápido que ni yo me entendí.

Harry me miró y rió a carcajadas.

-Ay, Louis! Nunca cambias! -depositó un pequeño beso en mis labios y a la vez saqué la lengua, lo que nos hizo reír aún más.

Harry condujo hasta el gran estadio de Londres. El juego sería uno muy importante, por lo tanto habían muchas personas y, sin dudar, muchos carros. A Harry se le hacía imposible encontrar estacionamiento.

Luego de dar muchas vueltas y luchar por encontrar un lugar vacío, finalmente entramos al estadio. Habían demasiadas personas apoyando a los Doncaster Rovers y el equipo oponente, que no eran tan famosos.