78. Una Super besa a una Luthor... o algo así.

9K 978 385
                                    

Lena.


—¿Estás bien, Lena?

Esa preocupación que nunca podía ocultar, a pesar de cómo yo la tratase, cuando me veía solo un momento alterada era algo que muchas veces adoraba pero no esta vez. Esta vez necesitaba otro tipo de emoción, necesitaba olvidar y el alcohol no estaba sirviendo.

Me alejé de la botella de lo que sea que estuviera tomando y le sonreí. Lo fácil que era fingir frente a ella me dolió.

—Siento lo de hoy —murmuró apartando los ojos de mí hacia la bebida, algo nerviosa. Que se estuviera disculpando otra vez, por algo que no era su culpa, no mejoró la situación.
—Ven, quiero ir a la cama.

Sam no se opuso, jamás lo hacía. Para cuando llegamos a mi habitación yo me sentía tan borracha que casi olvido a qué veníamos. El mensaje que le había enviado diez minutos antes había sido bastante explícito.

Recuperé varias de mis facultades, la atrajé hacia mí y la besé al fin. No sé si solo era yo y todo lo que había tomado o es que Sam también había estado bebiendo. Su lengua estaba amigable en exceso y casi podría haberme perdido en su forma de tocarme sobre la ropa pero algo no dejaba de molestar en el fondo de mi mente.

—Sam —susurré entre sus labios, se separó un par de centímetros, siempre atenta a todas mis reacciones por miedo a cometer un error—. Acuéstate, voy a desnudarte.

Respiré profundo mientras se recostaba en el medio de mi cama. Me saqué el suéter, luché contra la sensación de mareo que no quería parecer dejarme y me acerqué a ella. Fui más que gentil al quitarle la camiseta, con demasiada calma y su ayuda la acabé dejando en ropa interior un minuto después y tuve que detenerme a mirarla para cuando terminé del todo. Su piel era tan suave, tan delicada al tacto. Podía estar borracha pero seguía tan tontamente embrujada por su cuerpo. Y aún así... Aún así no podía permitirme sentir lo que iba a pasar.

Me incliné hasta su rostro y Sam atrapó mis labios. Me sentía terrible besándola, tocándola incluso, no era así como siempre ocurría, nunca se sentía como esto. El nudo en mi garganta se volvió insoportable cuando la besé con las mismas ganas que ella me entregaba. ¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué mierda me sentía así?

Me alejé un segundo de su boca y Sam aprovechó para rodar y dejarme fácilmente debajo de ella. Bien, así podía ser más fácil. No fue complicado asimilar su sonrisa, hacerle creer que estaba todo tan bien... Oh, Sam. Hace tanto había pasado desde que no me sentía así que si no hacía algo para que dejara a un lado los desagradables recuerdos la noche acabaría mal.

Sentí una de sus manos tocar el interior de mis muslos y apreté los dientes. Sigue hasta que tengas que terminar y no tendrás que detenerte, por favor, por favor no te detengas. Por lo que más quieras...

—¿Te gusta?

Y su voz sonó tan diferente a lo habitual. Odié tanto las luces en aquel instante, tener que pretender algo que no estaba sintiendo... Dije algo parecido a un sí ahogado que probablemente ella confundió con un gemido.

Vamos, Lena, lo has hecho antes.
¡Y tantas veces! Eres toda una experta.

La voz en mi cabeza sonó idéntica a la de Lionel. Fría, hiriente, tan cínica y vacía como real. Era casi como si él estuviera aquí. No, me corrijo. De alguna manera siempre estaría aquí.

Fue todo lo que necesité para forzarme a dejar atrás lo mal que me sentía y acabar de una buena vez lo que yo había querido empezar. Al diablo si estaba irremediablemente dañada esa noche, Sam no tenía porqué saberlo si la hacía disfrutar lo suficiente.

My Yellow Sun; Supercorp.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora