Samarie
- Buenos días Miranda, ¿ya tienes lo que te pedí? - me detengo frente a su escritorio y tomo el vaso con chocolate caliente que la chica me ha ido a comprar.
- Buenos días y sí. Al parecer Shawn Wesley trabaja para la empresa Green. Está liderando una propusta para navidad llamada Free Red Holiday. - sonrío sin muchas ganas y asiento, esa es mi propuesta, maldito imbécil.
- Gracias - camino hasta mi despacho - Por cierto, - doy un paso atrás - ¿Sabes si ya llegó Giordano?
La chica abre su boca para hablar pero las puertas del asensor le impiden que articule alguna palabra.
- Buenos días - saluda mi inepto empleado.
- ¡A mi oficina ahora! - le hablo en voz bastante alta.
Cerca de él pierdo la paciencia con facilidad.
Abro la puerta color negra, lanzo mi bolso a un lado y mi abrigo a otro lado, no estoy de humor para ser organizada.
- ¿Te crees que eres jefe? ¿Qué son estas horas de llegar? - espeto molesta.
- Son las siente y cincuenta y ocho. - su rostro muestra desconcierto y el mío también. Bueno yo juraba que era más tarde. ¿Por qué he madrugado hoy? Con razón todos me miraban extrañados.
- Pues tu hora de entrada es a las ocho en punto, no a las siente y cincuenta y ocho. - ¿es en serio lo que estoy diciendo? Quiero reírme de mi misma.
El rubio niega con la cabeza. - No hay como entenderte. - susurra pero logro oírlo.
- ¿Qué has dicho? - me cruzo de brazos frente a él.
- Nada. - me mira desde arriba. Puede que mis tacones hoy no sean tan altos.
- Pues yo creo haber oído algo.
- Si me permite - se aleja de mi, quizás estoy demasiado cerca de él - iré a trabajar.
- Pues no te lo permito. - ocupo mi silla. - Siéntate. - ordeno.
- No, estoy bien así. - se resiste.
- No te pregunté rubio idiota. - me sorprendo por llamarlo así - Te ordené que te sentaras. - alza sus manos en señal de redención y se sienta en la silla de cuero color negra que está frente a mi escritorio. Está molesto, lo sé, pero no me importa. - Veo que traes puesta la ropa que te compré. - hace un gesto de incomodidad, ¿tan orgulloso es como para que no le agrade el hecho de que yo le haya comprado ropa? - Recuerda tu cena con Hui Ying, no me defraudes, quiero la seguridad de obtener ese contrato para hoy mismo.
- No le prometo nada. - habla seco.
- Pues que bueno, porque yo no creo en promesas. Yo creo en hechos y también creo en que me darás la seguridad de que tendremos ese contrato con el señor Liu o sino te irás de patitas a la calle. - sus ojos que antes divagaban por mi oficina se centran en los míos. Sonrío de manera falsa - Ya te puedes largar.
Tan pronto escucho la puerta cerrarse pongo un poco de música e intento hacer ejercicios de relajación.
- No sabes con qué cara acaba de salir Sebastián de tu oficina. - Carla toma asiento en donde antes estaba el idiota.
- Me la imagino y tampoco me importa demasiado, ha de estar así por que está a punto de ser despedido.
- ¿Cómo? ¿En su segundo día de trabajo? - inquiere perpleja.
- Así es, por inepto le pasan las cosas. - digo simple.
Doy un salto en mi silla quedando de pies, sabía que algo se me olvidaba.
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¿Quién es Sam?
RomanceSiempre es lo mismo ¿no? El jefe se enamora de su secretaria. ¿Pero que pasa cuando la jefa se enamora de su nuevo empleado, de su mano derecha? Todos conocían a Sam Miller como un gran empresario lleno de muchas influencias, lo que no sabían era qu...