Capítulo 48

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Carla

Me miro al espejo revisando mi outfit, mi maquillaje y mi cabello. Observo con detenimiento desde la punta de la coronilla hasta mis zapatos nada despampanantes. Pues para una salida al cine no voy a ir como si fuera una modelo. Sonrío como una boba llena de felicidad. Roberto es un hombre increíble que sin duda alguna siempre que estoy cerca suyo me pone de buen humor. Me gusta mucho pasar tiempo con él. Así que aquí voy, caminando hasta salir de mi casa con mi pequeña cartera colgando de mi hombro mientras veo el auto de Roberto estacionado frente a mi casa y a él recostado esperándome con toda la paciencia del mundo, aunque la verdad es que yo no he tardado tanto en alistarme.

— ¡Simplemente perfecta! — exclama con una sonrisa.

Le devuelvo la sonrisa sintiéndome levemente avergonzada. Le susurro un "gracias" a la vez que él abre la puerta y hace un ademán para que suba al auto. Aprecio su gesto sin decirle nada viendo cómo da la vuelta para él también subirse al auto y ponerlo en marcha.

El camino se hace ameno con cortas pláticas sin sentido que parecen tener todo el sentido del mundo para nosotros, risas que me hacen sentir increíble y silencios para nada incómodos. No es que el cine quede en la otra punta de la ciudad, sino que quisimos ir a un cine un algo distante que abrió hace poco.

— ¿Qué pasa? — pregunto al ver como cambia de ruta.

Mi mente sucia y perversa se hace presente logrando ponerme alerta ante cualquier posibilidad de que Roberto...

— Es que nos están siguiendo desde hace un rato. Así que conduciré hasta una estación de policía, así estaremos seguros. — habla mirando por el espejo retrovisor.

— Ohh — me limito a decir golpeándome mentalmente.

¡Tú y tus estupideces Carla!

— ¿Desde hace cuánto nos esta siguiendo? — hablo luego de unos minutos.

— Durante todo el trayecto. — aclara

Me asusto un poco. ¿Será que nos asaltarán? ¿Quién podría perseguirnos?

Unos minutos después aparcamos en la estación de policía viendo cómo un auto bastante conocido para mi sigue de largo.

— ¡No puede ser! — digo para mis adentros totalmente incrédula y sorprendida.

Roberto me mira confuso y me pregunta qué es lo que me pasa. Sin embargo, yo no soy capaz de articular palabra.

¿Él? ¿En serio él nos estuvo persiguiendo? Mis manos se vuelven puños de inmediato aún con la vista fija en el camino por donde huyó ese desgraciado.

— Carla ¿Qué pasa? — insiste

Sebastián


Desde hace unos minutos he estado hablando por teléfono con mi padre arreglando los detalles para hoy mismo junto a algunas otras personas lograr sorprender a Flex en su propio departamento para recuperar a mi hijo.

Asiento tras las últimas palabras de mi padre y cuelgo la llamada con una Sam impaciente.

— ¿Qué? ¿Qué pasó? ¿Qué te dijo? — inquiere desesperadamente.

¿Quién es Sam? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora