Sebastián
Quizás deba subirme a lo más alto del edificio y lanzarme. ¿Porqué he reaccionado de esta manera? Sí, Sam se veía vulnerable y daba un cierto toque de pena verla de ese modo y más cuando las cosas, según he oído, le están saliendo demasiado mal pero yo no tengo porque estar abrazandola en este momento.
- Bueno ya - la rubia se aleja de mi limpiando sus lágrimas rápidamente.
Al menos alguien reaccionó.
Aclaro mi garganta y me maldigo por haber sido tan bueno con quien no debo.
- La propuesta está casi terminada. - sus ojos llenos de incertidumbre me escudriñan - La de navidad - aclaro - Me pusiste a cargo ¿recuerdas?
- Ah...eso. Sí, claro que lo recuerdo. - se aleja más de mi llegando hasta su asiento. - Quiero que mañana en la mañana se de una presentación de la propuesta, sin errores si es posible. - sus ojos no me miran, quizás la pared blanca de al frente sea mas interesante.
- Claro. - me dispongo a irme pero antes de eso ella me llama.
- Sebastián - volteo a verla - Lo que acaba de pasar en realidad no pasó. Nunca me viste llorar y nunca me ayudaste a calmarme. - asiento y salgo de su oficina.
Ruedo los ojos, un "gracias" hubiese estado mejor. ¿Porqué no puede dejar su orgullo y agradecer el inmerecido gesto? Pero por idiota me pasa, nadie me mandó ni me obligó a ayudarla. Pero ella es una malagradecida y lo único que pide es que olvide todo.
- Catherine, necesito que mañana se preparen tú y tu equipo para dar una presentación de la nueva propuesta navideña. - digo al llegar hasta la oficina de la chica.
Ésta sonríe al verme creo que le gusto y ella no está nada mal. - Por su puesto. ¿Estarás libre esta noche?
- No - volteo a ver a mi "jefa" ¿de dónde salió? ¿Y quién le ha dado potestad sobre mis decisiones? La miro serio.
Samarie
A ver Samarie, ¿por qué has dicho que no?
- Lo siento Cath pero Sebastián tendrá que quedarse tiempo extra, hoy llegó bastante tarde. - miento sin saber porqué y sigo mi camino ignorando sus miradas.
No estoy enojada pero tampoco estoy de humor. El abrazo y las ganas de Giordano por tranquilizarme me descolocaron lo suficiente como para que ahora no sepa controlarme del todo.
- Mira a quién me he encontrado. - sonrío al ver a Emilio con Iker.
- No sabía donde estaba. - respondo sincera refiriéndome al niño, creo que no le he prestado demasiada atención al pequeño torbellino en este día.
- Comienzo a pensar que es tu hijo. - me mira con los ojos entrecerrados.
- No pienses mal, sé cuidarme. - río - Él es el hijo de mi tía pero debo cuidarlo por no sé exactamente cuanto tiempo.
Emilio sonríe relajado y es en este momento en que me pregunto: ¿Qué rayos hace en mi empresa? No me molesta pero es extraño.
- Debería irme, vine a ver al jefe. Mis padres quieren hacer negocios con él. - río.
- Otro equivocado en este mundo. - niego con la cabeza. - Yo soy Sam Miller.
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¿Quién es Sam?
RomanceSiempre es lo mismo ¿no? El jefe se enamora de su secretaria. ¿Pero que pasa cuando la jefa se enamora de su nuevo empleado, de su mano derecha? Todos conocían a Sam Miller como un gran empresario lleno de muchas influencias, lo que no sabían era qu...