Sebastián
Me siento un tanto mal, culpable...Quizás no fue muy inteligente de mi parte haberle ido con el chisme a Flex. Quizás hoy sea mi último día de trabajo. Quizás me muera en mi propia miseria porque de ningún modo volveré con mis padres. Quizás solo deba aventarme del último piso de este enorme rascacielos.
Acomodo todo según me parece más adecuado. Espero que el desayuno que le he comprado a Sam sea suficiente para que me perdone. Claro, soy consciente de que lo que he hecho no ha sido nada prudente ni sabio pero disculparme con mi jefa sería rebasar el límite de estupidez y humillación, está claro que no lo haré, no me disculparé.
- ¿Y esto? - volteo a ver a Carla quien mira con asombro el desayuno tan bien elaborado de un restaurante cercano.
- Un desayuno para la jefa, creo que debemos hacer las pases de una vez. - contesto saliendo de la oficina, puede que Sam llegue pronto y no quiero que me vea allí dentro.
- Eso está claro. - camina junto a mi hasta quedarnos parados cerca de la nueva secretaria. - Lo que no está tan claro son tus ganas tan repentinas de hacer las pases con mi amiga. - me mira por unos instantes intentando obtener alguna información.
- Digamos que ayer la he cagado con ella y quisiera arreglar las cosas. - para no ser despedido, sonrío ocultando la otra parte de la oración.
- No debe... - Carla guarda silencio en el momento en que una furiosa Samarie sale del elevador, ésta camina con paso firme y decidido. Aún tiene las gafas de pasta color negra sobre sus ojos y su rostro se ve tenso.
Sin duda alguna no pasó una buena noche. - pienso sin poderlo evitar.
- Buenas tardes señorita Mill... - comienza a hablar la secretaria pero Sam la calla con un ademán y unas palabras.
- No son para nada buenos, Xiara. - su voz suena muy hostil, más de lo usual. Pasa por nuestro lado sin siquiera mirarnos y se adentra a su oficina dando un portazo.
- ¿No nos vió o de plano nos acaba de ignorar? - inquiero aún con la vista en la puerta de su oficina.
- No nos vió, es un hecho. Cuando Sam está enojada se ciega al punto de solo caminar pensando en su maraña de problemas y listo. Quizás rompa alg... - un ruido seco se hace escuchar a traves del espacio de oficinas. - ¿Ves?
- ¿Por qué crees que esté así? - me hago el inocente posando mi vista sobre ella.
- Lo más probable por Flex - me mira con un toque de molestia en su voz al pronunciar el nombre. Frunso el ceño a causa de ello - Debes acostumbrarte, Sebastián. Cuando Flex Keenan anda merodeando por New York nuestra querida Sam - quiero corregirle el "nuestra querida Sam" por "tu querida Sam" pero no lo hago. - experimenta demasiados cambios de humor, aunque casi siempre se le vea en las nubes cuando está con él. - se encoge de hombros.
- ¿Por qué iba a tener tantos cambios de hunor por su novio. - me atrevo a preguntar.
Carla ríe ante mi pregunta. - Uno, porque no es su novio es algo así como su pareja solo en ocaciones. Y dos, porque Flex no es nada fácil. - la observo dudoso ¿indago sobre el tema o lo dejo pasar aun con mi curiosidad latente? - ¡A trabajar Sebas! - pasa por mi lado con una sonrisa.
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¿Quién es Sam?
RomanceSiempre es lo mismo ¿no? El jefe se enamora de su secretaria. ¿Pero que pasa cuando la jefa se enamora de su nuevo empleado, de su mano derecha? Todos conocían a Sam Miller como un gran empresario lleno de muchas influencias, lo que no sabían era qu...