Samarie
Al parecer hoy me he levantado de buen humor, ni siquiera las travesuras del pequeño torbellino han logrado hacer que mi sonrisa desaparezca de mi rostro levemente maquillado....bueno, el lipstick que llevo es rojo pero la sombra es clara.
- ¡Voy a correr! - advierte el tornado.
Lo miro seria - No, Iker. Es peligroso. Pero él no comprende y comienza a correr y yo bueno, tengo que seguirlo aún con tantas cosas en mis manos.
Pero algo siempre tiene que salir mal y choco contra un cuerpo cayendo de pompas al suelo.
Veo una mano extenderse para ayudarme a levantar y la acepto. Pero cuando veo que se trata del idiota incompetente lo halo hacia mi para que caiga, antes de eso logro moverme y felizmente me levanto caminando por la concurrida avenida hacia la empresa ya con Iker en mi campo de vista.
El pequeño rubio mira asombrado hacia arriba logrando ver el rascacielos lleno de cristales con mica azul metálico.
- Wao... - sonrío feliz de saber que ese enorme rascacielos es parte de mi empresa.
Abro la pesada y gran puerta entrando por ella. Observo en el espejo más cercano si mi ropa aún sigue intacta a pesar de mi visita al suelo y en efecto es así. Perfecto.
- Hola Clair - saludo alegre con el asombrado niño a mi lado.
- Buenos días jefa. - contesta despegando su vista de su computadora.
Me encamino hacia el elevador y presiono el botón del último piso.
- El hombre que se cayó. - habla Iker.
Miro hacia al frente quitando la atención de mi celular. Ruedo los ojos. ¿Quién le dijo a Sebastián que podía estar en el mismo elevador que yo?
- Este es mi elevador. - gruño pero él es sordo y no contesta nada. - Te acabo de hablar. ¿Estás sordo, idiota?
- Hay niños - dice serio.
- No me interesa - me acerco a él - ¿Te crees que me puedes contestar como te da la gana? - ya no estoy de buen humor. ¿A caso él no entiende que solo es un empleado más?
- Debería mantener diatancia jefa. - dice con cierto toque de burla.
Me alejo bruscamente cuando me doy cuenta de lo cerca que estoy de su estúpido y sexy cuerpo.
- No me mires así Iker. - le digo al enano que me mira con cara interrogante. ¿Nunca ha visto a una persona enojada con otra y que están muy cerca?
Las puertas al fin se abren e intento salir pero Sebastián se interpone en mi camino.
Estúpido.
- ¡Samarie! - Carla, la cual luce estresada y preocupada se acerca a mi.
La miro extrañada. Generalmente ella siempre conserva la calma. La paciencia es su mayor don...o eso creo.
- Toma, lee esto y mata a quien quieras. - tomo la carta arrugada y la leo.
Carla:
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¿Quién es Sam?
RomanceSiempre es lo mismo ¿no? El jefe se enamora de su secretaria. ¿Pero que pasa cuando la jefa se enamora de su nuevo empleado, de su mano derecha? Todos conocían a Sam Miller como un gran empresario lleno de muchas influencias, lo que no sabían era qu...