Capítulo 22

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Samarie

Mis ojos siguen tan abiertos y grandes como los de un búho, estoy en estado de shock y ya estoy comenzando a marearme. Mi hermano parece muerto y no me atrevo ni siquiera a tocarlo. Respiro profundo intentando calmarme, debo hacer algo, no me puedo quedar como estúpida aquí parada.

- Tu puedes Samarie, solo sal de aquí y llama a alguien... - mi vista sigue en un punto fijo mientras repito lo mismo una y otra vez.

Me doy una cachetada mentalmente gritándome "¡reacciona idiota!" Salgo de la oficina con las piernas como gelatinas y veo a Brook - Llama a una ambulancia Brook, ¡date prisa! - grito hacia el hombre que de inmediato hace lo que le he mandado. - paso las manos por mi cabello a la vez que expulso el aire retenido.

La ambulancia no tarda en llegar, los paramédicos suben y se llevan a Dominic en una camilla, yo bajo junto a ellos a toda prisa pidiéndole a Carla que se haga cargo de todo. Subo a la ambulancia y en un dos por tres llegamos al hospital de mi predilección.

- ¿Familiares del paciente Dominic Miller Montgomery? - el doctor que me atendió la otra vez busca entre la decena de personas a algún familiar, al no verme decido hacer una seña.

- Yo - digo al llegar hasta él.

- Samarie, ¿cómo va su embarazo?  - odio a este viejito, necesito mantener todo esto como un secreto.

- Muy bien - sonrío sin demasiadas ganas - ¿Cómo está mi hermano? - cambio de tema pues por eso estoy aquí, ¿no?

- Su hermano... - hace una pausa misteriosa - está estable a pesar de la peligrosa situación en la que estaba. - alzo una ceja, eso no me dice nada. - Las drogas nunca han sido buenas, Samarie...

Niego con la cabeza. ¡Por su puesto que sé que las drogas no son para nada buenas! Lo sé perfectamente. No lo puedo creer, ¡Dominic! Me había prometido no volver a consumir esas porquerías; pero ya veo que no cumplió su promesa. ¿Desde cuándo habrá estado de nuevo en ese mal hábito? Debo y tengo que hacer algo, no puedo solo quedarme así y nada más. Él es mi hermano, lo único que me queda...o tal vez la pulga que llevo dentro se sume a mi familia...De todos modos, Dominic es mi hermano, lo amo muchísimo y no dejaré que siga en ese maldito mundo de las drogas y el desenfreno. Eso, sin duda alguna no trae nada bueno y él bien lo sabe.

Abro la puerta de su habitación, el chico está mirando a través de la ventana, desde la cama. Lo contemplo por unos instantes, él al parecer no ha notado mi presencia.

- ¿Te quedarás ahí todo el rato? - inquiere sin mirarme.

- No - camino hasta bloquear su vista a la ventana - ¿Qué está mal contigo, Dominic? ¿Qué está mal conmigo? ¿Qué está mal con nosotros? Tuviste una sobredosis de cocaína, casi te mueres. ¿Te parece poco? - mi voz es suave y la verdad no sé como lo puedo lograr.

- Necesito olvidarme de la realidad de vez en cuando. ¿A caso tú no? - esta vez me mira esperando mi respuesta.

- Sí, también necesito una que otra vez olvidarme de la realidad. Ahora mismo la verdad, y no es por ti. - aclaro para evitar un mal entendido - Pero las drogas no te harán sentir mejor, luego de que se vaya el efecto estarás igual o peor que antes. ¿Es que no te has dado cuenta? - me siento en una butaca a su lado.

- Tú no lo entiendes. - me asombra su tono de voz, no me está gritando aunque tampoco me agrada la tristeza que emana de su rostro y sus palabras. - Papá y mamá murieron por mi culpa...

¿Quién es Sam? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora