Capítulo 25

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Sebastián

- Samarie Miller Montgomery. - levanto mi cabeza al oír la voz de una mujer llamando a Sam. Los nervios incrementan y yo solo espero a que Samarie se levante y se dirija hasta donde se encuentra la doctora, que por cierto, tiene un cuerpazo de esos que se hace imposible dejar de mirar.

La mujer a mi lado está tan quieta como una estatua, la observo con el ceño fruncido. ¿Está sorda?

- Te llaman tonta. - le susurro obteniendo una mala mirada.

Ella se enoja por todo. Decirle tonta es un lindo adjetivo considerando el papel de despistada que está haciendo. Finalmente Sam se pone en pie y yo imito su acción. Caminamos hasta donde se encuentra la mujer de bata blanca y yo doy gracias por la existencia de mujeres tan bellas y con cuerpazos tan increíbles. Sin perder tiempo le sonrío coqueto.

Bien podría decirle que soy el tío del hijo que espera la rubia...

La doctora parece seguirme el juego pero no con toda la intención. Quizás respeta el hecho de que probablemente la mujer embarazada y yo estemos juntos. Lo cual es un disparate y una brutal locura.

Una mano rodea mi brazo ejerciendo toda la fuerza posible hacia adentro de la oficina, mientras que yo, en mi estado de estupidez, me dejo llevar por la fuerza causando que me estrelle contra el marco de la puerta.

Masajeo un poco mi cabeza pero sin hacer notar lo mucho que me duele. Sonrío como si nada hubiese pasado, la doctora se queda un poco sorprendida pero continúa en lo suyo.

- ¡¿Qué rayos pasa contigo?!- susurro apretando la mano de la psicópata embarazada.

Ella, como es de esperarse me ignora olimpicamente y pasa a la camilla. Me contengo de no comenzar a discutir con ella pues parecería un niño pero la verdad es que el dolor punzante en mi cabeza me hace replantearme la opción de discutir aquí mismo. La doctora le indica a la agresiva que está a mi lado que se suba la camisa y con cierta pena ella la obedece. Su panza sale al descubierto y abro los ojos con asombro. Samarie no acostumbra a exhibir su barriga. Ella la disimula utilizando ciertos colores y ropa que le ayuden a su misión por esconder lo obvio. Inmediatamente la mujer le aplica un gel y desliza un aparato por todo el abultado vientre.

Un remolino de recuerdos llegan a mi mente. La nostaligia, la culpa, el enojo, el miedo y la impotencia me rodea.

- Veamos... - comienzo a mover la pierna con nerviosismo, ya no creo poder seguir con esto. - Aquí tenemos a.... - maldigo a la doctora por hacerse la interesante, yo simplemente no puedo seguir aquí... - Felicidades... - me sonríe pero yo no le devuelvo la sonrisa - Tendrán a.... - salgo de prisa de la oficina dando un portazo sin realmemte quererlo.

Podrían pensar miles de cosas por mi actitud pero ya no puedo seguir soportándolo. Abandono las zancadas comenzando a correr. Necesito aire fresco las paredes del hospital me impiden obtenerlo. Llego a la entrada del hospital, bajo una par de escalones y me siento en uno de ellos con la cabeza entre mis piernas. Cierro los ojos sin poderlo evitar pues poco a poco se han ido inundando de lágrimas debido a los recuerdos que me invaden. No sé qué hacer... no puedo seguir con esto. Deseo con todo mi corazón que el hijo que espera mi jefa sea de ese estúpido de Flex, pero en el fondo yo sé que es mío.

¿Cómo se supone que voy a ser padre? ¡Si ni cuidar de mi hermano pude! Yo arruiné la vida de mis padres y le arrebaté la vida a Erick. Todos estaban tan feliz porque al fin mi madre estaba embarazada, después de tantos intentos lo había logrado.

Flashback

Escucho la puerta de entrada, dejo lo que estaba haciendo y busco a mis padres que deben de haber llegado.

¿Quién es Sam? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora