Capítulo 39

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Sebastián

Nada parecía estar bien, Carla me había llamado en varias ocasiones y no es hasta ahora que las acabo de ver. No acostumbro a ser paranoico pero en este caso siento que las cosas no están en orden. Quizás sea porque creo haber visto el auto de Keenan rumbo a la casa de Sam, pero la verdad no estoy seguro de ello.

— ¡Sebastián! — contesta al segundo.

— Carla, ¿qué pasa? — hablo de pronto.

— ¡Tienes que venir a Maryl Sander Hospital en este instante!

— ¿Le pasó algo a Sam? ¿Ya va a nacer mi hijo? — pregunto preocupado y emocionado a la vez. Si de algo estoy seguro es que tan pronto nazca nuestro hijo Sam y yo estaremos mejor que nunca.

— Algo así. Acá te explico. ¡Solo ven ya!

— ¡Voy en camino!

Termino la llamada, cojo las llaves y me apresuro a subir a mi auto para dirigirme al hospital. Miles de sentimientos y pensamientos me bombardean cada segundo. Estoy tan feliz como preocupado. ¿A caso se pude sentir todo esto sin estar loco?

Yo solo pienso en mi hijo y en mi testaruda y hermosa Sam. Espero que estén bien. Solo quiero tenerlos a ambos junto a mi.

Luego de unos minutos de haber rebasado autos y olvidarme de las señales de tránsito, llegó al hospital. Corro de prisa hasta donde me ha dicho Carla a través de un mensaje que me acaba de enviar hace unos dos minutos atrás.

— ¡Carla! — digo algo cansado tras correr. La chica voltea de prisa saludándome. Miro la sala consiguiendo ver a otros familiares de Sam. Todo me parece bien hasta que veo a... — ¿Qué mierda hace el imbécil de Flex aquí?

— ¡Cálmate por favor Sebastián! Yo...no quise decirte nada por teléfono porque sabía que te pondrías mal. Flex estaba con Sam cuando ella se desmayó. Él me dijo que se veía bastante mal, así que la trajo hasta acá y me llamó.

Mi respiración estaba cada vez más agitada. No podía descontrolarme ahora. No tenía una maldita idea de por qué ese imbécil estaba en la casa de Sam pero solo tengo que concentrarme una cosa, y eso es que ella esté bien.

— ¿Dónde está ella? ¿¿Sam está bien?? - inquiero con desespero.

Carla abre la boca  sin embargo una doctora aparece procurando por los familiares de Samarie Miller, interrumpiéndola.

A continuación se escucha un coro de gente decir "yo" al unísono. La mujer de bata blanca sonríe mirándonos a todos.

— Quizás debería procurar por el padre de la criatura. — habla de nuevo.

— ¡Yo! — decimos Keenan y yo al mismo tiempo.

Las miradas incómodas vuelven a aparecer. La doctora sonríe por puro compromiso dando señal de estar verdaderamente confundida.

— ¿Cuál de los dos es el padre biológico? — nos señala a ambos.

— ¡Yo! — volvemos a decir dando un paso.

Mi celular suena, lo saco del bolsillo logrando ver en la pantalla el nombre de mi padre en él. Me extraño demasiado. Él jamás me llama. ¿Y si pasó algo?

¿Quién es Sam? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora