Capítulo 6

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Samarie

No le diré otra vez a Dominic que deje en paz a mi secretaria. ¿Para qué? Ya estoy cansada de lo mismo. Veo a mi hermano hablando con Miranda quien luce molesta, le digo que la deje en paz y me hace caso, pero cuando él cree que ya no lo estoy viendo vuelve a lo mismo. ¿No ve que es una mujer embarazada? Que moleste a otra persona. Es un desconsiderado.

- Creo que voy a internar a Dominc. - digo sin pensar.

- No lo dirás en serio ¿o si? - mi mejor amiga me mira espantada.

- No. - río - Esa es una idea loca que me pasó por la cabeza, pero tranquila. No soy una bruja.

- Lo sé. Oye... - la miro - ¿sabes algo de tu primo? - pregunta cautelosa.

- Con que tienes ganas de saber de Darwin, eh. - la molesto.

Su cabeza choca contra el sofá negro. - Tu primo tiene la culpa, me flechó.

Asiento - A ti y a unas cuantas más. ¿Mi consejo? Sácatelo de la cabeza, pero ya.

- No cre... - la castaña es interrumpida por un idiota.

- ¡Jefacita! - ¿qué clase de palabra es esa? Un disparate, obviamente. Sebastián quien hace unos segundos estaba asomado en la puerta acaba de entrar a mi oficina. - Ya hice lo que me pediste. - habla arrastrando las palabras.

- ¿Estás borracho? - me levanto de la silla - ¡Ay no! ¿Sabes qué, Carla? Mejor llévatelo ¿si? - pongo mis manos sobre mi cabeza ¿este no puede hacer nada bien? Hasta borracho está.

Mi amiga intenta sacar al rubio idiota de mi oficina sin ningún éxito.- Vamo...

- De ninguna manera. - interrumpe a mi amiga negándose a irse de mi despacho. - Quiero hablar con mi jefacita..

- Llévatelo por favor Carla. No quiero estar cerca del borracho este. - apesta a alcohol - ¡Carla! - alzo la voz pero mi queridísima amiga ya se ha ido cerrando la puerta detrás suyo.

- No estoy borracho... - se cruza de brazos.

- Ah no, claro que no. - me burlo.

- ¿Sabes qué Miller? - habla un poco más fuerte - Estoy harto - da un paso hacia mi - Harto de ti, de tu mal trato, de tu carácter, de tus humillaciones, de todo. - se desahoga acercándose cada vez más a mi.

Estoy acorralada entre el ventanal y él. ¿Por qué te dejas intimidar Samarie? Lo empujo lejos de mi.

- ¿Ah sí? Pues si tan harto estás de mi ¿por que no te vas? ¡Lárgate y no vuelvas! Pero antes, dime qué pasó con Hui Ying. - estoy a punto de lanzarle la grapadora.

No soy agresiva, solo que a veces no me controlo.

- No me voy a largar de aquí, te haré la vida imposible, jefacita. - quiero reírme de este estúpido, y que "jefacita". - Y en cuanto a la china esa - intento no reír - ya está todo cerrado, falta la firma de su padre. En una semana nos vamos a Pekín...

Lo interrumpo - ¿Perdón? "Nos vamos" son mucha gente. Voy solo yo, ni muerta pienso llevarte. - me niego, JAMÁS.

- ¿No piensas llevar a tu mano derecha? Además Hui Lin - ¿será bruto? Hui Ying idiota - Pidió que yo esté presente.

Ruedo los ojos, nada más esto me faltaba.

(...)

Han pasado tres días y al fin ya es sábado. Lo que significa que ya no le veré la cara al inepto de Sebastián. En cuanto él, lo he fastidiado como me ha dado la gana estos dos últimos días. Quiero explotarlo lo más que pueda, a ver si así al fin me entrega la carta de renuncia.

Pero ha estado haciendo su trabajo muy bien, lo cual me sorprende. El día después de que él llegara a mi oficina borracho, lo fastidié hasta más no poder, él tenía una resaca horrible y le di mucho trabajo para que se le "pasara". Sé que me detesta, pero se lo merece. Por alguna extraña razón no aguanto ni un minuto sin hacer algo que le moleste. Creo que esa es mi misión de vida.

- ¿Me estás escuchando? - miro a mi tía Beatriz quien me mira con enojo por no haberle prestado atención.

- No tía, lo siento. Estaba en la luna. - sonrío inocente.

- En la luna estás siempre. - abro mi boca claramente ofendida. - Te estaba pidiendo un favor pero como no me has atendido, ahora no esperaré tu respuesta. - se levanta del sofá y yo la miro sin comprender - Gracias por cuidar de mi Iker desde mañana. - camina de prisa hasta la puerta. Me levanto procurando seguir su paso.

- ¡¿Qué?! No, no, no - intento detenerla. - ¡Tía!

- Solo serán unos días. ¡Nos vemos mañana querida! - dice adiós con la mano y se va dejándome con la palabra en la boca.

Azoto la puerta y me tumbo en el sofá con enojo. ¿Por qué me tiene que pasar esto? De seguro mi tía usó su técnica de darme lata, embobarme y que así yo acepte cualquier favor que ella me pida para salir rápido de su cháchara.

Cambio de canal amenazando con hundir o romper los botones del control remoto. ¿Cómo se supone que cuide del pequeño Iker? ¡Nunca he cuidado a un niño! La verdad no se me dan bien las mini personas.

¡Pero es que mi tía Beatriz es un caso! Ella es la hermana menor de mi padre, es unos diez años mayor que yo y es realmente astuta por no decir que siempre obtiene lo que quiere.

Luego de varios años intentando quedar embarazada al fin Iker llegó a su vida. Ella lo ama demasiado. Pero si tanto lo ama, entonces ¿porqué quiere que yo cuide de él? Ella muy bien sabe que los niños y yo no encajamos la mayoría de las veces. De seguro se irá de viaje por su aniversario de bodas. Te quiero mucho tía pero voy a matarte.

En serio lo haré.

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¿Deseosas por conocer al pequeño Iker?

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