Capítulo 5

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«Enamórate de una persona que disfrute estar toda la vida a tu lado, no con la que disfruta estar solo un momento contigo.»


Perspicaz es manera de poder describir a Samara.

— ¿Sabes lo que sería ser hijo de puta? romperle el corazón a alguien que tenga problemas cardíacos —suelta la pelirroja.

—No me digas —revuelo los ojos, coloco mis manos en mis rodillas flexionadas por la falta de aire, observo el panorama sin prestar mucha atención a Samara y su facilidad de no sudar ni una gota. Malditos estereotipos.

—Si lo digo y no te sientas así, porque literal aquí la única persona que rompió el corazón a alguien con problemas cardíacos fue Bernat —me ofrece una botella de agua y la acepto sin refutar.

— ¿Enserio?

—No, es un decir que es un verdadero hijo de puta. El gran magnate es un casanova, te lo juro que, si su oficina podría llamarse prostíbulo, así se designara —siento una opresión en mi pecho, ella piensa que sus palabras me hacen sentir mejor, pero no, me asfixian. Sonrío fingiendo. Debe ser mi parte egoísta que ha pesar del tiempo quiere que Arquímedes Bernat vuelva a ser el universitario de risa genuina y mirada acogedora que siempre me esperaba después de clases para ir a comer, dejarme en casa o quedarme en su departamento todo el fin de semana para no ver a mi madre en ese entonces, pero, parecen que hoy en día esas dos personas se desconocen. Nuestro momento fue efímero, pero, la huella que dejó su forma de querer para es siempre. 

El parque el día domingo es muy tranquilo a estas horas de la mañana, ventisca fresca y tranquilidad que emanan este día odiado por todos. Me procuré de dejar mi cara libre de maquillaje para evitar delineado o mascara corrida, no quiero asustar a un niño.

La poca gente que está haciendo ejercicios me parece que el gobierno les paga para motivar a las personas que se ejerciten los domingos.

—Estás sonriendo, aunque puede que sea fingido, pero llega un momento que te olvidas de que lo es —sonríe la pelirroja.

Ojalá que eso fuera cierto, porque llevo fingiendo toda la vida y todavía no me olvido, espero que un día llegue. Ahora que lo menciona y me pongo a reflexionar, solo pocas veces he sonreído de verdad y en todas esas veces estaba presente Arquímedes Bernat pequeñas cosas como ir al parque agarrados, comer helado, comida china, pasear en su auto, ir a visitar a sus padres o que me explicara alguna materia que no entendiera, esas pequeñas cosas monótonas que actualmente no me sacan ni una risa con él en todos esos momentos sonreía y me olvidaba de mi realidad. 

Retorno el ejercicio corriendo para que Samara deje de hablar una vez por todas de lo bien que le fue en la vida a Arquímedes Bernat.

Eso hace poner mi vida en perspectiva dando a entender que vivo en una mierda. Cuando siento que la ventisca choca muy fuerte contra mi cara sin poder respirar por la velocidad que ejercen mis piernas, me detengo.

Hay un puesto de revista y mi vista se tiene en una que tiene una cara llamativa.

«La evolución en el comercio internacional, su desempeño y carácter lo llevaron a la cima, pero parece que alguien ya lo bajó de las nubes.

Susana Hamilton, la hermosa modelo que está saliendo recién a la fama ha logrado capar la atención de Bernat, se los vio juntos salir del auto del gran magnate hace unos días, fuentes cercanas confirmaron que ellos dos han salido varias veces.»

«Roba fama, definitivamente.»

—Disculpe ¿quiere comprarla señorita? —la señora de edad avanzada, pregunta. Niego repetidas veces.

Giros Del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora