Capítulo dieciocho.

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(Hola, ehm...me cuesta mucho tener tiempo para adaptar, ustedes sabrán...así que ustedes eligen: Puedo subir la novela tal y como la subió la autora a facebook (sin 'adaptar' por mí, que sería con mil faltas ortográficas; que en lo personal me cuesta entender así); o puedo seguir adaptando cuando pueda, que serían los fin de semanas, más o menos... Ustedes deciden. Escríbanme por interno su opinión, gracias)

Capítulo dieciocho. —“Clases de conducción de motocicletas”

Al día siguiente me desperté a las 9:30 am, los chicos se habían ido ayer y solo estábamos Clari y yo. Tenemos todo listo para mañana, o eso creía hasta que Clari mencionó algo…

—Jorge, los chicos geniales tienen motos, debemos conseguirte una —mencionó mi hermana en el desayuno.

—Clari —puse mi mano en su frente—, ¿estás bien? Te estás volviendo más loca de lo normal —dije, ¿cómo se le ocurrió eso? En parte tenía razón; si quiero que esto salga bien debo tener lo que los chicos geniales tienen...y lo único que me falta es una moto.

—Tienes razón pero, dos cosas; una: de dónde la conseguimos y dos: no sé conducir motos, no aprendería a conducirla en un día —razoné.

—Ok, ok, olvídalo —dijo tomando un sorbo de su café. Conozco a mi hermana, no lo dice en serio, algo se trama y espero que esté equivocado.

—Mi hermana tiene la idea de que debo tener una moto —le dije a Jerry por teléfono, después del desayuno mi hermana se fue dejándome solo, y siendo sincero no me da buena espina que justamente se haya ido cuando tenía la loca idea de comprarme una moto ¿mi hermana sería capaz de comprarla? Oremos por que su sentido del dinero la haga entrar en razón.

—Tu hermana es la onda, amigo ¡Te comprará una moto! ¿Qué clase de adolescente no quiere tener una moto? —habló Jerry.

—No sé conducir motos, te recuerdo.

—Si te aprendes el número atómico de cada elemento de la tabla periódica en una hora, aprendes a conducir una moto en un día, te lo aseguro.

—Ni siquiera es seguro que la compre, espero que no, no creo que sea tan… —alguien tocó una bocina, era la bocina de la camioneta de Clari, me asomé por la ventana y ¡santo cielo! Mi hermana hizo lo que yo no quería.

—Llegó con una moto ¿cierto? —dijo Jerry, suponiendo muy bien.

—Te marco al rato —colgué no sin antes escuchar un "voy para allá" de parte de mi amigo comelón. Bajé corriendo, no podía ser verdad la locura de mi hermana.

—¿POR QUÉ TRAJISTE ESTO? —casi le grité una vez llegando a donde estaba.

—¿No te encanta? —dijo mi loca hermana con una sonrisa— Es hermosa, y no costó tan cara como piensas.

—Clari, compraste una moto, una moto que yo ni siquiera quiero ¿piensas que aprenderé a conducirla para mañana?

—Por favor Jorge, sabes conducir la camioneta, no es tan diferente —habló la “razonable” de mi hermana. El verano pasado mi hermana me estuvo enseñando a conducir, después de aplastar dos botes de basura y una bicicleta de la vecina, aprendí. Eso sí, una cosa es una moto y otra muy diferente una camioneta.

—Clari, no, no y no. No llevaré esa moto a la escuela, no la conduciré —me negué a su idea tan loca.

—Ya la compré, no hay devoluciones así que ni modo ¿empezamos?

—¡QUÉ BELLEZA! —fue lo primero que dijo Jerry al llegar a mi casa, yo ya estaba afuera tratando de entender cómo funcionaba una motocicleta. Y sí, no le pude ganar a mi hermana, además, como dice ella, ya la compró, me toca aprender cómo “domarla” en un día.

—Wow, Jerry tiene razón, qué belleza —llegó atrás de mi amigo, Lodo.

—Pues sí, está linda —acepté. ¿Qué culpa tenía la motocicleta de la locura de mi hermana?

—Terminarás amándola —dijo Lodo con una sonrisa.

—La plática está buena, pero Jorge, ahora vas a aprender cómo usar esta belleza —cortó la plática Clari, ¿clases para conducir una moto? ¿Con Clari? Agárrense quien pueda.

—¿Viste que no era tan difícil? —me dijo mi hermana una vez entrando a casa, nos llevamos un bueeeen rato con ese tema, aprendí ciertas cosas:

1. Mi hermana sabe conducir motocicletas, y muy bien por así decirlo.

2. Nunca, NUNCA se suban a una moto sin antes tener en claro dónde está cada cosa.

3. Las vecinas se molestan si matas sus plantas, gracias a que las pisaste con una motocicleta.

Y lo último:

4. Mi capacidad para aprender algo, es muy buena.

Sin presumir, pero no soy tan malo manejando.

—Después de casi matar a una niña, por fin aprendió —se burló Jerry. Los chicos disfrutaban viendo cómo metía la pata.

—No es mi culpa que se atraviese a media calle sin fijarse en ambos lados ¿eh?

—Pero aprendió, es lo importante —dijo Clari.

—Bueno Jorge, veamos —habló Lodo y sacó una lista ¿tenía todo en una lista?

a) Aprender a ser genial ✔ listo.

b) Saber cómo tratar con las chicas ✔ listo.

c) Nuevo look ✔ listo.

d) Tener una moto ✔ listo.

—Todo está listo, Jorge —me dijo Jerry.

—Mañana —dijo emocionada Lodo— muero de ganas por ver la cara de Martina al conocerte, se morirá por ti...lo sé.

Las cosas estaban listas, el día era mañana. Mañana por fin empezaría mi venganza contra ella, contra Diego, contra todos los que se burlaron de mí. ¿Es divertido ser malo? Como ya dije antes, muero por empezar a jugar.

Opuestos Pero PerfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora