Capítulo veintisiete.

794 36 2
                                    

Capítulo vientisiete—. “No me toques, no me dejas pensar” 

*Narra Jorge* 

Lodovica y Ruggero se fueron, Jerry se fue después de ellos dejándome de nuevo solo con Martina, empezó una canción lenta y Martina me jaló a la pista. Puso sus manos alrededor de mi cuello, yo puse las mías en su cintura, moviéndonos lentamente como la canción lo ameritaba.

—Me gustas, Jorge, y mucho —dijo a centímetros de mí. 

—Tú también me gustas mucho, Martina —dije dándole un pequeño beso en los labios. 

—Me gustas, pero...ya sabes, de esa forma... 

—¿De esa forma? ¿Cuál forma? —hacerme el tonto no hará daño. 

—Tú sabes de cuál, ni te hagas el tontito que no te queda.

—No me insultes bonita, no me hago el tonto —me defendí.

—Bonita —repitió la palabra con una sonrisa enorme. 

—¿Te gusta? —supongo eso por la sonrisita que puso. 

—Me encanta, ¿así me llamarás? Yo creí que era "preciosa". 

—Eres ambas, así que dime ¿cuál te gusta más?

—Bonita, ese sin dudas suena perfecto. 

—Ok bonita, bonita, bonita —entre cada palabra le daba un pico en los labios, oh, esto me gusta, sí, ¿por qué no? Me gusta.

—Deja de hacer eso —dijo Martina riéndose. 

—¿Por qué? ¿Está penado por la ley o qué? 

—No, pero hay mucha gente y no quiero salirme de control como hace rato. 

—Está bien, ¿qué me estabas diciendo, que te gustaba o qué?

—Eres tonto de verdad, ok lo repito, megustasmuchodeesaformalinda ¿de acuerdo? ¿Escuchaste o debo repetirlo? —lo dijo todo “algo” rápido, y con esa sonrisa coqueta. 

—Entendido, bonita, y ya para qué te digo, sabes que siento lo mismo por ti —le dije. 

Seguimos bailando un buen rato hasta que Jerry me envió un mensaje diciéndome que nos viéramos en la esquina para irnos, no llevé a Martina a casa, me dijo que se quedaría en casa de Mechi. Pero que ya se iría a dormir.

—¿Dónde andabas? Te envié el mensaje hace 10 minutos ¿tardas tanto en despedirte de Martina? —me dijo Jerry al llegar a la esquina antes mencionada. 

—Oh, perdona, pero yo sí tengo chica que me pele —es divertido molestar a Jerry ¿les gustaría intentarlo? 

—Golpe bajo, amigo, eso sí fue golpe bajo —sonó dolido pero yo sé que no lo está. 

—Estaba bromeando, Jerry. 

—Sí, lo sé, yo igual ¿podemos irnos? Tengo sueño. Tú me llevarás en tu moto ¿no? —dijo en un bostezo. 

—¿Tengo opción? —me quejé. 

—No lo sé, y si la tuvieras pues sufre porque me llevarás.

—¿Subirás o qué? —le pregunté a Jerry una vez arriba en mi moto.

—Sí, sí, oye ¿qué onda contigo y Martina? ¿Ya son novios? No se despegaron en toda la fiesta, parecían chicles —me preguntó mientras se subía a la moto. 

—Sinceramente, no lo sé, amigo, pronto te digo —dije antes de arrancar hacia la casa de Jerry.

***

Opuestos Pero PerfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora