Capítulo cuatro. —“Malas compañías y humillaciones”
Ahora todo tiene sentido, me dejó así de fácil y no me golpeó ya que tenía otros planes en mente y obvio, esto era lo que tenía en mente. La humillación es peor que atacarte a golpes, créanme. ¿Qué diablos hice en mis vidas pasadas para merecer esto? Puedo jurar que en esta vida ¡NO HE HECHO NADA MALO! ¡LO JURO! He leído que si haces cosas malas en tus vidas pasadas, el karma viene por ti y te...¿en qué estaba? Ahh sí! Bueno, ¿Qué hago? Acabemos con esto de una buena vez.
—Lo haré —dije dirigiéndome a la mesa de la señorita Stoessel.
*Narra Martina*
Y aquí estoy yo, en mi mesa rodeada de mis “amigas”, pasándola de lo mejor cuando veo a un chico acercándose ¿Quién diablos es? Jamás lo había visto.
—Ho-hola —dijo el chico, nervioso así parece.
—Hola —dije tratando de no darle mucha importancia.
—¿Co-cómo estás? —este chico es estúpido ¿o qué? ¿Qué hace aquí? ¿Qué busca?
—Bien...disculpa ¿te conozco? —parece que mis amigas dejaron de hablar para ponerle atención al chico.
—Soy Jorge —oh genial, como sé el nombre de todos en esta maldita escuela—, Jorge Blanco —siguió el chico-. Vamos juntos en Español —paró a ver si yo lo recordaba— inglés, química —no, no recuerdo a este chico—, mate... —prosiguió. No, amigo, no te conozco *pensé*.
—Lo siento, no te recuerdo —dije con una sonrisa, no podía ser amable, no aquí, con él, sobretodo no aquí.
—Me preguntaba si... —hizo una pausa y como que tomó aire ¿para darse fuerza? ¿valentía? ¿Qué planeaba hacer?— claro, solo es una pregunta, si no quieres, di solo que no —wow, este chico vomitará aquí de lo nervioso que se ve.
—Vamos Jesús, suéltalo —sí lo sé, su nombre no es Jesús.
—Soy Jorge —¿por qué diablos aún no se va?
—Jesús, Jorge, vamos, dilo rápido —dijo Mechi. El chico pareció tomar aún mas aire, y ponerse aún más nervioso. Oh no.
—¿Quieres salir conmigo? —oh no. Rayos. Rayos. Rayos y más rayos. ¿No se le ocurrió otro lugar? ¿Qué hago? Tratarlo como basura, dijo mi subconsciente, ou, sí, creo que sí.
—¿Discúlpame? ¡¿Tú acabas de invitarme a salir?! ¿¡¡TÚ?!! Tan solo mírate, por Dios —toda la mesa empezó a reir, ou pobre chico.
—¡ESCUCHEN TODOS! —Mechi, no te metas— este chico —señalo a Blanco— ¡ACABA DE INVITAR A SALIR A MARTINA STOESSEL! —toda la sala empezó a reir, vi su cara y era obvio que se puso mal, ¡CLARO QUE SE PUSO MAL!
—Jesus, Jorge, como te llames, eso es un no ¿lo entendiste? O necesitas una humillación aún más clara que esta. Y sin decir más, el chico se alejó a la salida, justo donde estaba Diego, creo que cruzaron unas palabras y el chico salió de ahí.
—Vengan conmigo —jalé a Cande y Mechi fuera de ahí.
—¿Qué pasó, Tini? —dijo una vez lejos de todos.
—¿Debías decirle a toda la sala que me invitó a salir para que todos se burlaran? ¿debías ser tan cruel? —solté.
—Wow, Martina ¿desde cuándo eres buena, eh? —contestó Mechi.
—No es... —intenté decir algo, Mechi me frenó.
—Espera ¿le tuviste pena al pobre? Ni tú te la crees, Martina; las tres no tenemos sentimientos por nadie, eso nos hace populares.
—Eso nos hace crueles —dije casi en un susurro.
—Mira, Martina, las cosas son así: tú amas tu popularidad ¿no? Así debe ser una popular, y lo sabes perfectamente, ese chico merecía ser tratado así, si no ¿Qué pensarían los demás? ¿Que la gran Martina Stoessel está siendo buena con un nerd? ¿eso querías? ¿Que todo lo que construiste en años se vaya a la basura por pena?
—No —alcancé a decir, Mechi tenía razón—, tienes razón, estuve bien, estuvimos bien.
—Es lo mejor, Tini —dijo Cande.
—¿Sabes? —dijo Mechi con ese brillito en los ojos de que trama algo...oh no— ese chico se ve perfecto para divertirse un rato ¿no?