Capítulo cuarenta y dos―. “El ringtone de la persona cariñosa indicada”
*Narra Jorge*
―Tu hermana sólo te atacó todo el camino sin preguntarte tu punto de vista de cómo terminaste en la cárcel ―mi papá tomó asiento a mi lado. Esto significa momento padre e hijo…a las 3 de la mañana.
Con un bistec en mi cara.
Perfecto.
―Me peleé con un chico en el bar ―contesté simplemente. Es cansado el simple hecho de pelearte en una fiesta...
―¿Me darás el motivo?
―Estaba con mis amigos, un chico llegó y empezó a insultar a una de mis amigas, yo sólo la defendí ―en pocas palabras eso pasó, sólo que no quise decir “mi novia”.
―¿Tu amiga? ―me sonrió pícaro
―Bueno... ―¿qué le digo? Esto de decirle: “es mi novia” no es algo que digo todos los días, y menos a mi papá.
―Clari me contó todo, desde el principio ―me lo imaginaba...digamos que mi hermana no es muy discreta.
―Bueno, sabes entonces que es mi novia ―me encogí de hombros.
―¿Es verdad todo eso que me dijo? ¿Que solo estás jugando con ella?
―Bueno, “jugar” suena feo. Digámosle...venganza fingiendo quererla, así como ella hizo conmigo.
―Entonces, si sólo estás con ella para eso, ¿por qué la defendiste esta noche? ―buena pregunta. Ni yo sabía qué pasaba conmigo.
―Es complicado ―me tiré para atrás. Ustedes dirán seguramente “la odias, debes odiarla” yo creía hacerlo pero...necesito ayuda.
―¿Complicado por tu cabeza, o por lo que en realidad sientes? ―otra gran pregunta. Sé lo que es esto, sé que nada de esto es real, entiendo que en algún momento toda esta farsa se acabará y Martina saldrá de mi vida así como entró. Fácil y rápido.
―Complicado por todo ―me encogí de hombros porque no sabía qué contestar. ¿Es mi cabeza o mi corazón el equivocado?
―Te gusta la chica, ¿eso qué tiene de complicado?
―Tiene de complicado que se supone que esto no es serio, que esto es una farsa. ¿Quién rayos se enamora de la chica de la que se está vengando?
―El mismo chico que cambió todo sólo por una chica.
―Yo cambié para vengarme, no cambié para que le gustara.
―¿Hiciste todo por una simple venganza? ¿Estás seguro?
―¿Podemos cambiar de tema?
―¿Volviendo a cambiarme de tema haciéndome preguntas?
Me reí, eso hacía siempre de niño cuando me preguntaba quién se había comido las galletas que guardaba para dármelas en el postre. Bueno, Clari existía. Para DARNOS LAS GALLETAS EN EL POSTRE.
Clari las tomaba, aclaro ¿eh?
―No servirá, soy viejo y por ende más listo. Volviendo al tema; si no sientes nada por ella, ¿por qué la defendiste?
―Porque debía hacerlo, no podía ver cómo la atacaban y yo como su supuesto novio no hacer nada ¿o sí? Lo hice principalmente porque el chico en cuestión era Diego, y ya tenía ganas de darle su merecido a ese imbécil.
―Bueno, negando las cosas como con las galletas nunca llegarás a ningún lado, ¿sabes?
Y me desperté por el sonido de mi celular. Llamada entrante.
―¿Emm? ―imaginen. Yo. Adormilado. Ojo morado. Cansado. Un zombie mutando prácticamente.
―¿Jorge? ¿Te desperté?
