Capítulo dos.

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Entramos al salón con Jerry y Lodo, nos tocaba español una materia en la que la maestra era muuuuuy pesada y mala onda aparte de que su materia era muy dificil, claro que para mí era fácil, recuerden soy el típico nerd invisible... Como sea; entramos y yo derechito a mi lugar...

—¿Por qué no haces la tarea ahorita y ya luego cuando la termines se la pasas a Diego, de todos modos tú se las haces? —me dijo mi amiga.

—Espero alcanzar —tomé asiento—. Ahora me pongo rápido —tomé mi libro y lo abrí—antes que la profe llegue y... —me quede sin habla mirando la puerta ¿Quién entró? La chica de mis sueños, la que me hacía suspirar con sólo mirarla ¿Quién? Martina Stoessel. La más popular, la más linda, en fin: la mejor chica de mi mundo, mejor dicho del mundo entero. Tenía unos ojos tan bellos y su cabello castaño perfectamente desarreglado y una sonrisa que mataba a más de uno ¿Cómo podía ser tan bella?

—¡HEY! —me dijo Jerry haciéndome reaccionar, el vio a donde iba dirigida mi mirada, a la chica que se sentó a unos asientos del mío—Amigo, ¿otra vez ella? ¿en serio?

—¿Qué quieres que haga? —dije suspirando—Es tan perfecta esa chica.

—Amigo en serio, no te conviene fijarte en ella —dijo Lodo.

—Oigan yo sé que jamás se fijará en mí, estoy al tanto de eso pero...no hace daño admirarla de lejos ¿o sí? —dije de lo más tranquilo. Sabía que para ella yo era menos que nada, NADA mejor dicho, creo que ni sabía de mi existencia...en eso mis pensamientos fueron interrumpidos por la profesora que estaba llegando...

El resto del día se pasó equis, sin nada más que mencionar, uno o dos encuentros con “El León de la selva” y sus “amigos jaguares” , varias veces volví a ver a la belleza de Martina y pues claro todo el rato con mis amigos, el timbre de salida ya había sonado, yo iba tranquilo a la puerta para esperar a Diego y siento que alguien me jala ¿en serio? ¿de nuevo?

—¿A dónde ibas, Blanco? —dijo Diego sujetándome de mi camisa.

—Ya quítale la libreta y vámonos, viejo. Tenemos cosas que hacer —dijo uno de sus amigos.

—Primero debe darle una lección, ¿crees que así de simples son las cosas? —mencionó otro de ellos.

—Ruggero tiene razón, Xabi. Éste merece una lección, quítenle sus cosas —los idiotas de sus amigos me arrebataron mi mochila—. A ver si esto te enseña a hacer las cosas bien la próxima vez, Blanco —y ahí empezó a golpearme. Emito los detalles, ¿no?

(*)

Regresé a mi casa, iba cerrando la puerta de la casa para subir disimuladamente, en el camino me fui arreglando para no verme tan mal al llegar a casa y no tener que aguantar las preguntas de...

—¿A dónde vas, señorito? —detestaba que me dijera así—Voltea, Jorge —yo volteé rápido para que no notara los golpes—. Ven acá —dijo la primera chica en mi vida: mi hermana Clara—. ¿Otra vez? —dijo mirando mi ojo morado.

—No es nada, Clari —dije tratando de irme.

—¿Cómo que nada? Ay hermano, ¿cómo te puedo ayudar?

Mi hermana tenía las mejores intenciones de ayudarme como todos los que me quieren pero...en serio ella me estresaba más que todos, tiene las mejores intenciones pero ¿debe ser tan metiche en mi vida? aunque claro que jamás le contesto mal, es mi hermana y la única familia que tengo cerca...

Opuestos Pero PerfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora