Ve a un lugar nuevo

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Pase la tarde del miércoles en casa acomodando el desastre de mi habitación, Maggie y Alison se habían reconciliado y decidieron pasar el día por su cuenta, claro que no me entere por ellas sino por las historias que subían a Instagram.

No importaba, igualmente no tenía dinero para gastar todos los días, sus salidas siempre implicaban que mi bolso se quedara vacío.

Su reconciliación no había sido una reconciliación de verdad, porque para eso en primer lugar tenías que pelearte y Ali lo único que hizo fue fingir que nada había ocurrido. Maggie era perfecta y nadie podía contradecirla.

–Ey, limpia –se detiene mi papá en el pasillo cuando pasa por mi habitación y me encuentra tirada en la cama sin acomodar nada.

–Solo tomaba un descanso –me excuso y vuelvo a juntar la ropa del suelo.

Jueves

–¿Tengo que repetir lo de limpia tu habitación? –pregunta mi papá.

–Solo buscaba que ponerme, saldré con las chicas –le explico y remuevo las cosas en el fondo de mi armario para intentar encontrar un par de zapatos que casi no usaba pero que estaba segura de que irían bien con el vestido que Ali me obligó a comprar el otro día.

–¿Saldrás otra vez? Creía que tu mamá ya había hablado sobre qué tú pase libre ya termino ¡No puedes salir todos los fines de semana Stephanie! –se enfada pero aún con el mismo tono dulce de siempre, papá no conocía el enojo– Y ni siquiera es fin de semana, es jueves.

Si Ali estuviera aquí, escuchándolo, le habría respondido "Sr Perales los jueves son la previa de la previa de lo sábados ¿Cómo no puede saberlo?". Pero Ali no estaba y yo jamás le respondería así. Ahora todo volvía a la normalidad y mis salidas tranquilas con ella terminaron así que si quería pasar tiempo con mi mejor amiga tendría que salir a donde Maggie quería y Ali la seguía. Hasta incluso podía extrañar sus burlas sobre mí y Teo, ahora parecía que se había olvidado de todo.

–Volveré temprano, lo prometo –digo y pienso en la cara de Maggie si le digo que tengo que estar temprano en casa.

–Confío en ti solo que no puedes salir todos los días, a penas te veo en casa –me reclama.

–¡Papá, a penas te veo a ti y a mamá en casa! –le devuelvo el reclamo. No mentía en eso, ellos trabajaban casi todo el día y cuando podían salían a "recordar viejos tiempos" decía mi papá. Pero en realidad mi mamá me había confesado de que papá tenía miedo de tener el síndrome del nido vacío cuando me fuera de casa. Estaba loco, se había hecho miembro del club de golf y había descubierto que por parte de su mamá tenía descendencia italiana por lo que pagaba una membresía en un club italiano y los Domingos preparaba espagueti a la carbonara porque eso "lo acercaba más a sus raíces". Definitivamente tenía una crisis de edad.

Que mi papá me prohibiera salir no había sido un gran problema para mí nunca porque me habría librado de tener que ir a sitios con Ali y Maggie a los que no quería ir. Así que decir "no puedo, mis papás no me dejan" habría sido la solución a todo, pero ellos eran del tipo: "tienes que salir más, ser más sociable, ve, diviértete". Y ahora que por fin podría decir "mis papás no me dejan" en verdad deseaba ir. No era porque estuviera tan entusiasmada por salir, iríamos al Bosque, todos conocían ese lugar menos yo pero supuestamente ahí se daba la mejor fiesta y si había una fiesta habría posibilidades de que me volviera a cruzar con Mike, solo si el destino estaba a mi favor. Quería volver a verlo, no tenía idea de porque o que haría si lo encontraba de verdad. Quizás solo lo vería y me iría, no lo sé, pero parte de mí quería volver a verlo.

–Bien, irás pero hay una condición.

–Lo haré, lo que digas lo haré.

–Tienes que ir a lo de tu abuela.

Tú & YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora