Realidad paralela

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Sábado
–¡Ya despiértate! –siento una bolsa de papa desplomarse encima mío, aún así no me muevo de mi cómoda cama. No tenía planes de vivir hoy, no después de haberlo arruinado todo ayer.

–Shh –lo silencio– ¿Quién te dio permiso de venir a mi casa tan temprano Augusto?

–Tu mamá me dijo que podía subir, aunque creo que aún me odia –siento que se acomoda a un lado de la cama, pero todavía no me decido a quitarme las sábanas de encima.

–¿Será porque me tiraste chicle en la cabeza y tuvieron que cortarme el cabello?

–¿Insistirás con eso toda la vida? Debes superarlo a parte tengo una buena noticia para ti –dice mientras intenta quitar mi sábana de mi cara.

–¡Bien! –digo fastidiada y me siento en la cama–¿Qué sucede? Como sea una idiotez te golpeare.

–Te encantará. Toma, lee –me entrega su teléfono.

Tomó mis lentes de mi mesa y miro el mensaje –¿Teo? ¿Teo te escribió?

–Lee –ordena.

–"Gus, lamento lo de ayer. Todo se fue un poco de las manos y no tenía idea. Ya hablé con Oliver y los demás así que espero verte en el próximo entrenamiento" –leo detenidamente– ¿Y por qué no le respondiste?

–Porque es el mensaje más cursi que leí en mi vida. No le responderé, merezco hacerme el difícil –le devuelvo el teléfono.

–No es cursi solo intenta arreglar las cosas y es tierno por eso –digo sin poder evita sonreír– ¿Sabes que en realidad no le agradas no? Es decir, te llamo Gus, el solo te llama así porque te odia.

–Lo sé, pero el punto importante no es ese –dice con esa tonalidad que usaba solo cuando estaba planeando algo macabro– El envió el mensaje solo para que tú lo veas y sepas que no tuvo nada que ver con lo que sucedió con Ali y los rumores.

–Eso no dice exactamente el mensaje.

–No me escribiría si no fuera porque quiere que tú lo sepas...me llamo Gus, me odia y si está intentando no hacerlo es solo por ti– vuelve a decir–Debes hablar con él.

Lunes

Lleve conmigo el libro que la profesora de literatura nos había enviado como tarea, no porque quisiera adelantar la tarea sino para tener algo con lo que distraerme y no pensar en lo que tenía que hacer.

La verdad es que tenía un escondite cuando me carcomían los nervios, iba a la pagina 33 del libro y leía la nota que me había dejado escrita, así recordaba la razón por la que estaba parada al lado del Volvo gris de Teo.

Cuando escucho el murmullo de varios chicos riendo y hablando de lo bien que les había ido y que el otro equipo lo tendría difícil, recién en ese momento levante la mirada de mi libro.

Teo ya me había visto, y los demás también pero no me concentre en eso, solo vi hacia Augusto que me brindó una sonrisa de aliento.

–Hola –le digo cuando llega al coche. Esboza una pequeña sonrisa que casi no podría considerarse como tal y saca las llaves de su coche.

Sería más complicado de lo que imaginé y me lo merecía, después de todo le había gritado.

–¿Puedes al menos dejar de pretender que no existo? –lo sigo hasta el lado del conductor y se detiene.

–Creí que venías a ver a tu amigo Gus entrenar –baja las llaves y las envuelve en su mano presionándolas un poco. Siempre lo llamaba Gus cuando estaba celoso– Por cierto, juega bien y no tienes de que preocuparte, al equipo le encanta así que bien por él.

Tú & YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora