Práctica

122 7 0
                                    

Domingo

El domingo por la mañana abandone la casa de mi abuela, ella estaba bastante contenta de deshacerce de mi pero dijo que recuperaba mi lugar de nieta favorita.

Aún no tenia idea de como enfrentar a Teo, pero tenia esperanzas de encontrarlo y de que no se haya ido de viaje con su mamá porque sino dudo que volviera a encontrar el poco valor que conseguí armar.

Respiro hondo y toco el timbre de su casa. No pude enviarle un mensaje porque mi teléfono aún seguía sin batería y encerrado en el cajón de mi escritorio bajo llave y dudaba de mi misma como para ir a mi casa y volver a verlo, así que lo más seguro fue ir directo desde la casa de mi abuela con mi bolso de huida en mi hombro.

Donna es quien abre la puerta y me recibe con una sonrisa, supongo que Teo no les comento nada aunque por su comentario comienzo a dudarlo- ¡Que sorpresa que vinieras! -si, se lo había dicho, esas sonrisas eran las mismas que yo usaba cuando me veía forzada a hacer algo que no me agradaba. Lo arruine todo, no solo con Teo sino también con sus mamas que eran maravillosas.

Donna podía estar enfadada conmigo pero era lo suficientemente madura y buena como para tratarme como lo merecía y no echarme a patitas de su casa. Por el contrario, me invito a pasar y a tomar algo en su cocina donde estaba Michelle.

-Hola - me saluda con un abrazo y dudo de todo lo anterior. Quizás Teo tenia más confianza en Donna y solo se lo había contado a ella, y por lo tanto aún había esperanzas de que una de ellas no me odie por huir de su hijo- ¿Cómo estas? Teo dijo que no vendrías, me alegro que hayas cambiado de opinión- mira mi bolso en el que llevaba todo mi material de escape- Y empacas muy poco parece. Me agrada, no hay nada mejor que ser práctica.

No digo nada y controlo los músculos de mi cara para que ninguno de ellos me delate, al menos hasta que Teo me diga que no quería volverme a ver y tenga que explicarles que lo del bolso era porque estaba escapando de él y no porque deseaba tener un viaje familiar.

-¿Steph? -escucho su voz detrás de mi y automáticamente mi cuerpo se tensa.

Respiro hondo antes de dar la vuelta y verlo a los ojos, sentía que al hacerlo me delataría por completo y eso me aterraba.

-Hola -consigo decir con una voz tenue casi imperceptible. Y él permanece en silencio evaluandome, debía serle muy confuso que estuviera evitándolo tantos días y luego solo apareciera de repente como si todo estuviera bien.

-Steph dijo que al final viene con nosotros ¿No es perfecto eso? -habla Michelle y se lo agradezco tanto. Ella sabia en que momento hablar y como rellenar los momentos de silencio incomodo con las palabras adecuadas.

-¿Ah Si? - dice sin ningún entusiasmo en su voz y aún no aparta sus ojos azules de mi, intentando deducir que estaba haciendo pero yo no consigo decir algo más.

-Si, ¿acaso no ves el bolso? -se ríe- Oh Steph tenias que verlo tan afligido porque no vendrías. Deberías cambiar esa cara cariño. Te encantara Steph, mis padres tienen una de las mejores vistas de la playa y a pocos metros queda el centro. Nos divertiremos, te lo puedo asegurar.

-Por supuesto -le sonrío sin decir nada más.

-Sera mejor que comencemos a llevar las cosas -sugiere Donna y se ponen en marcha, lo que significaba que ambos nos quedaríamos solos.

-Nosotros iremos más tarde en tren - dice con una voz gruesa que me hacia dar cuenta de lo enfadado que estaba, ni siquiera se molesto en darme un sonrisa falsa para que nadie lo note. Supongo que era demasiado honesto y fingir sentimientos no era lo suyo, en parte me lo merecía.

-¿Por qué? -pregunta Michelle algo decepcionada y comienza a darse cuenta de que algo no andaba bien.

-Creo que olvide mi celular en casa ¿Podrías llevarme? -digo sin pensar.

-Bueno pero si es por eso podemos esperarte. No cambia en nada unos minutos más tarde después de todo -su sonrisa vuelve a su rostro y cada una sigue con lo suyo por lo que me alegro que Teo no tenga tiempo de agregar algo más que pudiera dejarnos en evidencia.

Odiaba que me mirara de esa forma, tan fría y distante haciéndome sentir peor.

-Si no quieres que vaya inventare algo -digo cuando estamos solos y enfoco mi mirada a mis uñas para no tener que verlo a los ojos.

Suelta un resoplido. No necesitaba verlo para saber cuanto me odiaba en este momento.

-Steph no te entiendo -comienza a decir- No me hablas por días y ahora sales con eso de venir de viaje. Honestamente no te entiendo.

-Lo...lo siento -digo y me quedo a mitad de camino. No tenia idea de como seguir.

-¿Lo sientes? Te envié creo que al menos unos veinte mensajes y te llame demasiadas veces, tantas que agote tu buzón. Incluso pase por tu casa con la esperanza de al menos verte y que no huyas de mi y tu mamá...no supe ni que decirle...

-Lo se. Pero es cierto, deje el teléfono en casa y pase todos estos días en casa de mi abuela -digo pero sigue sonando a una tonta excusa y lo era.

-No, estabas evitándome y creo que me merezco saber porque –dice aun enfadado– No lo se, ¿Hice algo mal? ¿Te apresure? ¿Dije algo que no debía? Porque no puedes solo irte sin más, sin siquiera decirme porque, creo que me merezco más que eso.

-No, es que yo...–comienzo a tartamudear de nuevo  pero necesito decir algo y que deje de estar enfadado conmigo, no toleraba su forma de verme. Me dolía demasiado– Fue raro y...me aterre.

Él suspira y parece relajarse –Steph fue la primera vez que tuvimos sexo, no es como si...estábamos nerviosos y para mi fue perfecto, quizás yo podría aprender que te gusta o como hacer que te sientas más cómoda...no lo se es práctica.

-Si, lo sé es como en matemática –digo sin darme cuenta. pero pensarlo así había sido el único motivo por el que pude salir de la casa de mi abuela.

-¿Qué? –dice riendo y me siento aliviada de que esa hermosa sonrisa de la que me enamore haya vuelto.

-Nada, olvídalo –creo que comenzaba a volverme loca pero necesitaba dejar un punto en claro– Quiero seguir intentándolo.

-Ok

-Me refiero a todo, no solo a ya sabes..."eso" –me corrijo.

-Me alegro, creí que iba a recibir el premio al peor novio que perdía a su novia el primer día.

-Entonces –jugueteo con mis dedos aún nerviosa- ¿Aún quieres estar conmigo?

Lo piensa– No sé –dice y acorta el espacio entre ambos y me besa pasando sus manos alrededor de mi cintura para atraerme hacia él– ¿Esto responde a tu pregunta?

Tú & YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora