Usa un vestido sexy

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Domingo

Me desperté temprano la mañana del domingo, si se puede decir despertarse al insomnio que me atormentaba. La noche del sábado todavía me daba vueltas y no me había dejado descansar.

Cuando alguien se besa en un libro o en una película, enseguida se pasa a la próxima escena como si nada hubiera sucedido, nadie habla del incómodo momento en el que tus labios dejan los suyos y la realidad vuelve. Nadie habla de lo roja que se pone tu cara o de los intentos torpes por actuar como si nada raro hubieses sucedido. No era como si Teo y yo fuésemos algo solo por besarnos, era un juego pero ¿En que parte del juego decía que debíamos toquetearnos? ¿O decir cosas como "hermosa"?
En ninguna, nada de eso formaba parte del contrato y cuando simplemente dejamos de besarnos porque oímos gritos desde el otro lado de la puerta, todo se volvió incómodo.

–¿Café? –pregunta mi mamá cuando me ve entrar en la cocina.

–Por favor –respondo. No había dormido nada y necesitaba energía si quería durar.

Me siento en las banquetas de la mesada y espero a que mi mamá coloque dos tazas grandes llenas de café, mientras desenrosco el frasco con galletas sobrantes de los distintos paquetes ¿Por Qué conformarse con comer solo un tipo de galleta si podemos abrirlos todos y comer la que nos dé más ganas? Decía siempre mi mamá y abría paquetes de distintos tipos de galletas de chocolate. Ella tenía un problema severo.

–Luces diferente.

–Si, no dormí nada.

–No, luces linda, tu piel se ve más delicada hasta incluso hay un brillo diferente en tus ojos –me evalúa.

–¡Mamá! Para de decir tonterías –la regaño ya no toleraba que siguiera observándome como si escondiese algo.

–¿Tuviste sexo? –dice exaltada.

–¡MAMÁ! –gritó a la par que me levanto de mi silla y tomo mi café para volver a esconderme en mi habitación.

–¿Qué dije? –pregunta confundida– ¡Steph espera! ¿Necesitas tener de nuevo la "charla"?

–¡MAMÁ! ¡YA! ¡Suficiente!

–Somos una familia abierta, Stephie. Si necesitas condones solo dime los embarazos y enfermedades sexuales no son un juego–dice y me quiero ir a vivir a un pozo.

–¡Ya! Lo sé y no, no necesito la "charla" de nuevo, ya me basto con una vez y por cierto, tú "charla" no es para nada pedagógica, yo diría demasiado explícita.

Todavía recuerdo a mi mamá colocándose un condon en la mano, estirándolo al máximo para finalmente decir "y que nadie te diga nunca que no le entra". Necesito dos vidas para borrar todo ese trauma.

Martes

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Martes

Había quedado con Ali para ir de compras, era la temporada de descuentos de verano, llevábamos esperándola desde que inició el verano y sin Maggie en el medio podíamos divertirnos como antes.

Tú & YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora