Lunes 4am
–Tienes una cama grande –es lo primero que digo cuando entro a su habitación y enseguida deseo retractarme.
Él me lanza una risita disimulada pero el problema era grave en mi mente. Solo tenía una cama, con lugar para dos y nosotros éramos dos y esa suma no me daba bien. ¿Qué parte de pedirle que seamos amigos iba bien con dormir juntos en la misma cama? Ninguna. Mi plan era una mierda y se caía a pedazos a cada paso que daba.
–Tengo un colchón extra –dice antes de que yo meta la pata de nuevo– Puedes quedarte tranquila. Aunque quizás te puede dar frío en algún momento así que estoy disponible si necesitas el calor de mis brazos. Yo solo lo digo por tu salud.
–Por suerte toleró bastante bien el frío –le digo mientras él saca la bolsa de dormir de su armario.
–¿Quieres que te preste algo más cómodo para ponerte? –pregunta y recorre con su mirada lo que llevaba puesto
Le digo que si, aún llevaba la remera que él me había mojado en la piscina en su tonta broma, lo mejor era cambiármela para no enfermarme.
Me alcanza una remera blanca y se queda viéndome.
–¿Te molestaría...darte vuelta? –pregunto con timidez.
–Si, si claro. Lo siento –se disculpa y se da vuelta– No me di cuenta.
Su remera olía a recién lavado, parte de mí deseaba que oliera a él, al perfume que siempre usaba y otra parte de mi, me odiaba por desear eso. ¿Desde cuando reconocía el perfume de Teo?
–Ya estoy –le digo una vez que solo me quede vistiendo su remera. Me quedo inmóvil hasta que se voltea y doy un tirón del borde de la camiseta hacia abajo con cierto nerviosismo.
–Te queda mejor que a mi –traga saliva y dice.
–Entonces...¿Yo duermo abajo y tú arriba?
–No, no dejare que duermas en el suelo...
–Ok, entonces yo arriba y tú abajo –digo y me apresuro a meterme en la cama con el cuidado de que no se me viera nada porque su remera pese a que era grande para mi, apenas lograba cubrir mi ropa interior.
Él aún no se mete en su cama que era lo que más deseaba que hiciera. En cambio, se quita su camisa que también estaba mojada y pegada a su cuerpo y pese a que me había creído la idea de que verlo semi desnudó no me iba a alterar en lo absoluto porque ya lo había visto en la playa. Estaba completamente equivocada.
Nunca había visto un striptease y jamás en mi vida se me había cruzado por la cabeza, pero creo que estaba presenciando uno en vivo y en directo. ¿Como alguien podía tener tanta seguridad para quitarse la ropa?
Lo de quitarse la camisa lo toleraba pero la lentitud en la que desabrochaba su cinturón y lo tiraba a un lado. Agregado a que se quitará su pantalón sin dejar de verme y que yo no pudiera dejar de verlo cuando se quedó en solo su maldito bóxer negro, era algo que no podía entender ni controlar. Intente que mis ojos no se desviaran hacia él pero era imposible. Los cerré y mordí mi labio en juramento de que no lo miraría. No le daría el gusto de saber en qué situación me ponía.
Intento pretender que no me puse roja y me envuelvo en las sabanas convencida de que solo quería dormir.
Siento un peso extra sobre la cama y mi corazón podría salir de mi de lo rápido que va. Me siento de inmediato en la cama y lo veo sentado a un lado con su sonrisa de "sé que me miraste el bulto, lo sé". Pero no dice nada, se queda viéndome unos segundo, inspeccionando la situación. Esto era justamente lo que me ponía nerviosa de estar con él, él sostener su mirada que parecía desnudarme.
–¿Por qué te pongo tan nerviosa? –pregunta y me quedo con la boca abierta.
¿En verdad quería que respondiera a eso? Estaba sentado en mi cama, solo con un bóxer puesto y su maldito pecho sexy al descubierto y yo solo tenía unas sábanas que tapaban mis piernas desnudas. La respuesta era obvia, entre el beso en el armario y mis confesiones en la fogata ya no tenía mucho que ocultar sobre mi vida sentimental.
–No estoy nerviosa –intento disimular pero supongo que mi cuerpo tenso y mi cara roja no me dejan mentirle.
–¿No? –pregunta sin créeme una palabra y se acerca a mi, dejando nada de espacio entre nosotros. Coloca su mano sobre mi pecho y vuelve a mírame fijo a los ojos–¿Y por qué tu corazón parece que va a salirse de ti ahora mismo?
No puedo responderle. Aparto su mano de mi pecho y finjo estar molesta a lo cual solo ríe.
No sé qué decirle cuando se queda viéndome así tan cerca y con sus ojos azules gigantes que me hacen perder. ¡DIOS! Quería besar a Teo di Saucedo en éste preciso instante. ¡Estaba loca! Hace unas horas estaba perdidamente loca por Mike y ahora solo podía pensar en lo suave que eran los labios de Teo la última vez que los probé.
–No haremos nada que no quieras –irrumpe mi silencio– No soy ese tipo de persona así que quiero que estés tranquila...no tienes porque estar nerviosa ¿No sé si es eso lo que te preocupa?
–Estoy bien –miento. Aunque si lo estaba, me sentía bien estando a su lado solo algo mareada de vez en cuando. Era un constante desafío acerca de que hacer, con Teo siempre me movía en terreno desconocido, en el que solo podía dejar que él me guíe, porque en el fondo no quería hacer otra cosa más que eso.
–Me gusto que me llamaras hoy.
No digo nada porque me sentía tan culpable. Primero lo evito, lanzó un sermón acerca de que no quería novio y después lo llamo, le digo que lo quiero ver y ahora estoy en su cama vestida con su ropa y a punto de pasar la noche juntos.
¿A quien engañaba? Teo era atractivo y yo no era inmune a ello.
–Yo soy demasiado honesto a veces pero creo que es la mejor forma. Si quieres algo lo dices y punto, no me va lo de enroscarme con cosas –comienza a decir.
–No te entiendo –le digo aún algo confundida.
–Tengo tres cosas que decirte, Steph. La primera es que no sucedió nada entre Maggie y yo, eso necesitaba aclararlo desde el día en la playa pero nunca me dejaste.
–Yo no...tu puedes...
–Solo quería aclararlo. No soy del tipo de persona que hace eso, no juego por un lado y luego por otro. Solo quería que lo sepas. Porque, lo segundo es que me gustas y se que dijiste todo eso de las relaciones y que no crees en ellas pero no me importa. Todo eso es una mierda...sin ofender.
–Ok
No puedo decir mucho más. Él parecía tan seguro de si, era Teo, él siempre estaba seguro de todo.
–Y la tercera cosa es que me gustas. Ya sé que lo dije en la segunda pero lo vuelvo a reafirmar...voy a esperarte lo que sea necesario, porque me gusta como me miras, cuando no sabes qué decirme y tartamudeas o que hayas aceptado dormir conmigo hoy. Pero como te soy honesto quiero tu también lo seas así que si no sientes lo mismo quiero que puedas decírmelo de una vez y prometo no insistir más.
Estaba dejando todo en mis manos, absolutamente todo. Solo tenía que decirle que me gustaba Mike y que solo quería ser su amiga.
–Yo...yo creo que debemos dormir. Es tarde y estoy cansada y mañana mi mamá me matará seguramente porque olvide mi llave y seguro mi papá me vuelva a castigar obligándome a cortar el césped y...
Y me da un beso en la mejilla haciéndome callar.
–Buenas noches –dice y se levanta de la cama pero lo tomo de su brazo y lo detengo. Aún no tengo ni siquiera claro porque lo hago pero es como si mi cuerpo hablara por si solo como cuando lo bese estando enojada.
Lo abrazo y luego beso su mejilla –Gracias...por todo.
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Tú & Yo
Teen FictionStephanie lo calcula todo, cada palabra que dice, cada movimiento que hace, nada se escapa de su radar. Ella tiene una vida aburrida según su mejor amiga Ali y aunque ella la considera normal, ya está cansada de ser la aguafiestas siempre, por eso a...