Fiesta de cumpleños

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Alex me abraza, Mike y Fran solo me dan un beso y preguntan como estaba. Fran agrega que me extrañaba, lo cual me parece extraño.

Antes de poder contestarle Augusto aparece detrás mío sosteniéndome del hombro con su brazo pesado y los saluda.

–Yo no puedo creer que lo hayas perdonado a Alex tan fácilmente por el chicle y a mi me tortures tanto –bromea.

–Por qué él es un tonto que le hace caso a un idiota y tu eras un bully –le quito su brazo de encima mío como si tuviera lepra. Pero él me ignora y se ríe.

–Así que ¿De nuevo por aquí? –le dice Alex.

–Si, Steph me trajo a ver la práctica, supongo que entraré este año –dice con una seguridad que aún no podía creerlo.

–Dudo que haya puestos –lo desilusiona Alex– Además, Logan, Teo y Oliver son realmente buenos ¿Tu no jugabas en el puesto de Oliver?

–Puede, siempre hay esperanzas de que alguien se lesione –dice y lo miro enmarcando mis cejas– No le quebrare la pierna a nadie Steph ¡Dios! ¡Exageras! Ni que fuese un loco.

–De ti puedo esperarme todo –le aclaro intentando parecer relajada pero no podía, la mirada de Mike seguía clavada en mí y solo me dejaba para ver a Augusto y a Teo que estaba detrás nuestro con los demás.

–Bueno, nosotros sólo estábamos de paso –dice Mike algo molesto– Iremos a casa a pasar la tarde ¿Quieres venir Steph?

¡¿Qué?! ¿Me invitaba a su casa a pasar la tarde como si nada hubiera sucedido? ¿Qué pensó que estuve haciendo todo este tiempo en el que tuve que alejarme de ellos? Era un idiota, un completo imbecil e hipócrita por actuar como si todo fuese normal cuando sabía que me lastimo por completo.

Alex no debió acercarse a saludarme, aún no estaba lista para estar en un mismo sitio que él, aún sentía cosas al verlo y no era justo para Teo.

–Lo siento, no puedo. Ya tenía planes –intento decir con la mayor naturalidad que puedo, haciendo un esfuerzo enorme por sonreír y no llorar ahí mismo.

–Lo siento amigo –Augusto le da un golpecito en la espalda–Si a penas la puedes despegar de Teo dos segundos. Empalagan tanto que casi me da diabetes –bromea y nadie se ríe. Iba a matarlo, a descuartizarlo y tirarlo a un descampado. Nadie lo extrañaría. Le lanzó una mirada asesina que no capta

–Bueno será otro día –dice Alex para romper el silencio– Nos vemos Steph. Y..Augusto.

Cuando los chicos se van y nos quedamos los dos solos lo golpeo en el hombro –Idiota.

–¿Y ahora insultas? –dice sorprendido y se masajea el hombro fingiendo dolor– ¿Qué dije de malo?

–¡Nada! –le grito y contengo mi enojo presionando mis manos a mis costados. No podía decirle porque estaría contándole demás, aunque en este momento necesitaba decirle a alguien. ¿Lara donde te metiste todos estos días?

–De verdad lo digo, ya vete con Teo y que te atienda de una vez. Esta cargada de energía negativa –dice y camina hacia donde estaban los demás, alejándose de mi.

Ali se fue con Oliver y yo me fui con Teo. Había planeado el día a la perfección esta mañana y estaba feliz, tanto que sentía que mis mejillas dolían de tanto sonreír. Pero ahora ya no podía, tenía un nudo en mi estómago y tenía nombre y apellido. Odiaba dejar que un chico me provocara esas cosas de un momento a otro, aún más cuando solo debía de estar pensando en el chico que era dulce conmigo y que estaba sentado a mi lado llevándome a su casa.

–¿Estás bien? –pregunta al cabo de un rato.

–Si –me tardo en responder aún estaba distraída.

Tú & YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora