Tercer cajón de la mesita de luz

194 9 2
                                    

No tengo tiempo de cambiarme de ropa, había que priorizar los asuntos y tener una charla con mi mamá antes de que Mike toque a mi puerta era lo principal.

–¡Mamá Mamá Mamá! –voy gritando mientras doy saltos mortales para bajar la escalera.

–¿Qué te sucede? –pregunta cuando casi choco con ella.

–Ok, necesito que actúes normal –le digo.

–Que coincidencia Stephanie, yo iba a pedirte lo mismo –se burla.

–Mamá no es tiempo de bromas –la regaño pero no quita su expresión de que yo era la desquiciada– Va a venir alguien, dentro de nada y necesito que actúes normal.

–¿Disculpa? Yo soy una persona normal –se pone una mano en el pecho y finge estar ofendida.

–¡Mamá, ambas sabemos cómo eres! No puedes hacerle preguntas, ni una. Nada, solo preguntarás si le va bien, te presentaras y nos dejarás solos.

–¿Así que...SOLOS? –repite.

–Mamá, no me refiero a "solos", me refiero a solos, como amigos –la corrijo.

–Disculpa, me perdí en el primer "solos", puedes repetir –se burla.

–Solo no me hagas pasar vergüenza –le suplico– desayunaremos y charlaremos y nada más y no quiero que te metas con tus preguntas inoportunas.

–No se de que preguntas inoportunas hablas –se cruza de brazos.

–¿No lo sabes? ¿Quieres que te recuerde que le preguntaste a Alex cuando vino a casa? –le recuerdo– Le preguntaste si era mi novio ¿en que planeta eso te parece ser disimulada?

–Si no me cuentas nada como quieres que adivine. Tampoco es como si fuese una catástrofe Stephanie, debes dejar de exagerar.

–No te cuento porque no hay nada que contar, mamá.

–¿Y ahora? Estás nerviosa, quiero que me cuentes quien es ese chico por el que te arreglas tanto.

No tengo tiempo, Mike en cualquier momento tocará el timbre y aún no logré que mi mamá prometiera actuar normal.

–Mamá yo no me arreglo por nadie –evado el tema.

–¿Y lo del vestido y maquillarse?

–Mamá eso fue solo una vez y hace como un siglo –me quejo– Por favor, promete que te comportaras.

–Ok, de acuerdo –dice luego de meditarlo y antes de que pudiera alegrarme y abrazarla siento el timbre.

–Bien –le digo– Actúa normal.

–Y me lo dice la que tiene pijama con agujeros.

No iba a ir a cambiarme de ropa ahora para que mi mamá tuviera la oportunidad de hacer todo un interrogatorio, además no es como si Mike se sorprendiera mucho, ya me había visto en pijama.

–Steph –me detiene mi mamá antes de que pudiera abrir la puerta– No te olvides es el tercer cajón de la mesita de luz.

–¿De qué hablas mamá? –pregunto.

–Los condones –dice con naturalidad y la miro pasmada– Están en el tercer cajón de la mesita de luz, aún soy joven para ser abuela.

–¡Mamá por Dios! –le gritó y me tapo los oídos– Estas loca, te pedí que actuaras normal. Nosotros no vamos...yo no voy a ...no haré nada de eso.

–Ok ok, solo relájate, fue una sugerencia. Con tu padre estamos de acuerdo con lo de ser padres accesibles así que decidimos hacer lo del tercer cajón de la mesita de luz pero como también somos padres estrictos fingiremos que no te dijimos nada y tu solo vas y los tomas ¿Ok?

Tú & YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora