15.
Simon.Alexa había salido fascinada de la oficina, su rostro se había llenado de felicidad cuando le comenté lo de la competencia, y ella sin chistar había aceptado. No me incomodaba su presencia en el bar, mucho menos que se presentara en las tardes para práctica con Nathan, nada de eso me incómoda, además, se me haría demasiado fácil acostumbrarme a verla la mayoría de las semanas tocando o caminando por todos los pasillos.
Pero lo que no me parecía era tener que estar con ella una semana completa. Tal vez no era el "estar con ella" lo que me disgustaba, si no, el tener que cuidar de ella en un lugar donde la droga y el peligro era lo que hacía genial esa competencia.
—Simon... ya lo hablamos, y no me voy a negar en llevarla. La has escuchado tocar, hasta tú aceptaste que era genial, que ella era perfecta para todo eso.
Era difícil hacer cambiar de opinión a Thomas Rowling.
—Lo sé, pero tú también sabes donde la estás enviando. ¡Son los CBC! Ahí cualquiera se volvería loco, y esta chica es demasiado débil para ir ahí —me levante de la silla y me acerque a él— recuerdas lo que le sucedió a Ju ahí, un chico casi le viola.
— ¿Te preocupa la chica?
Su mirada era tan fuerte que me fue imposible sostenerle la mirada.
—¿A quién no le preocuparía?
—Al Simon de hace unas semanas, al Simon que le gritó por venir al bar, a él no le importaría.
Fue un golpe muy bajo. Quise responderle, pero algo en mi pecho impidió que salieran las palabras.
—Simon, sé que tan peligroso es ir —su mano tocó mi hombro— por eso es que tengo todo planeado. Dormirán en un hotel fuera del salón central del campeonato, y tú no le quitarás la mirada de encima. Confío en ti Simon y sé que ella también confía en ti.
Y eso era lo peor, que confiaran en mí. Podía fallarles en cualquier momento y ellos no me tendrían piedad. Cuidar a Alexa no era una responsabilidad, sino una obligación, y si yo llegaba a quitarle la vista de encima sucedería algo de lo que no estoy preparado para enfrentar.
—Yo solo... No quiero dormir en la misma habitación con ella —me rendía con facilidad ante algo que podría joderme la vida.
—Así será —dio unas cuantas palmaditas a mi hombro—. Ahora ve a la barra y pide unos buenos tragos.
Salí de la oficina arrepentido de haber aceptado tal cosa. Al llegar a la barra vi a Alexa sentada en una de las bancas, admirando como Erick y Nathan discutían en la lona. Su cabello ya no estaba húmedo, y aún traía puesto su ropa deportiva.
Nunca me había importado como se vestían las chicas, pero nunca había visto una que se viera tan bien cuando no se arreglaba.
—¿Te quedarás? —di unos cuantos pasos y ya estaba a su lado.
Se asustó un poco al verme.
—Debo cambiarme. A demás le he prometido a Nath que me quedaría hasta la noche —soltó un soplido.
—¿Irás a tu casa? —me senté en la banca que estaba a su lado.
Ella dejó de mirar la lona y centro su atención en mí. Su cabello rebelde caía hasta por sus hombros, quise tomarle un mechón y enredarlo en mi dedo, era un mal hábito que había tomado desde que comencé una relación con la ahora prometida de mi hermano.
—Sí... Eh no, no puedo ir a casa —desvió su mirada a Nathan y luego regresó a mí— pensaba pasar por la habitación de Ju y vestirme allá.
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La melodía del luchador.✅
Teen FictionSimon Hoyles vive bajo la traición de su hermano mayor, después de todo el tiempo que ha pasado intentando superar aquello se le es muy difícil olvidarlo. Ha tenido que pasar noches enteras bajo golpes de otros para poder así calmar sus angustías y...