2.
Nerviosa, no por estar sobre el cuadrilátero tocando, si no, por su mirada clara, su labio partido, una ceja que apenas se recupera de una herida profunda y la cicatriz que se encuentra en el centro de su mejilla derecha. Él me mira, sin despegar su vista recorre todo mi ser, examina cada dedo que muevo para tocar aquella pieza que Nathan tanto ama. Relame su labio lleno de golpes, y sé, por cómo se dilatan sus pupilas, que le está gustando como toco.
Me estremezco al encontrarme con la mirada puesta sobre él. Nathan complacido por la pieza mueve sus dedos sobre el sillón de cuero, sonriendo por el deleitante sonido que retumba por todo el bar. La mayoría de los presentes han dejado de apostar o tomar para escucharme, y por primera vez me siento bien, bien de la manera en que los jóvenes presentes no están siendo obligados por sus madres a venir y escucharme, ellos me escuchan porque quieren y yo toco porque me nace.
Doy un último vistazo a Simon antes de terminar de tocar, él sonríe de lado y desaparece entre la multitud sumida en mi música. Opto por concentrarme en cómo se encuentra Nathan, pero él se encuentra felizmente complacido. Me muevo rápido sobre las teclas y doy fin a mi presentación.
Aplausos y aclamaciones llenan el bar, Nathan sube y me abraza, agradeciendo el haber tocado su pieza favorita.
—Me alegra, me alegra muchísimo que estés aquí —se aleja.
Bajé junto a él, las personas me miran sonrientes, igual de satisfechas como Nathan. Tomamos asiento en el lugar de antes, la música electrónica volvió y el bar se llenó nuevamente de gritos y apuestas. Julissa se acercó junto a su padre, él era un hombre mayor, con una barba canosa, cabello corto y un traje negro bastante costoso.
—¡Alexa! ¡Es un gusto tenerte de vuelta! —me levanté a saludarlo— Y dime ¿qué tal tu padre? ¿Aún cree que desperdicio tiempo en esto?
—Su punto de vista es el mismo —Comienza a reír cariñosamente.
—Me lo imaginaba —Acaricia mi cabello en un gesto fraternal—. Entonces lo que te vengo a proponer será debidamente rechazado ¿no?
Julissa brincaba detrás de su padre, haciéndome señas de aprobación y sonrisas extensas.
—Alexa ¿Te gustaría tocar aquí? Ya sabes en noches especiales —Miro al papá de mis amigos—. Solo serán aperturas, el resto dejárselo al violín de Juli y al piano de Nathan.
Regreso la mirada a Julissa, ella unió sus manos, pidiendo que aceptara lo que su padre me acababa de proponer. Pero yo tenían un gran problema: Mi papá y su afán por verle el lado malo a esto.
—¿La invitaste, papá? —Nathan se acercó por detrás— Toca excelente ¿no?
Estaba acorralada, yo quería con todas mis ansias decir sí, pero mi problema no me dejaría vivir en paz con el peso de una traición, como lo nombraría apenas se lo diga.
Uno de los hombres que golpeaban a Simon se acercó al papá de Julissa y Nath, le susurró algo al oído y este asintió.
—Debo irme, ya comenzará el espectáculo —Sonrió— piensa lo que te propuse Alexa, nos harías muy felices, bueno, debo ir con Erick por Josh y Simon. Nos vemos.
Volví a tomar asiento, Julissa corrió a mi lado y se sentó. Las luces del bar se apagaron, centrando todas en el cuadrilátero, donde se encontraba Erick con un micrófono entre sus manos. Sonrió en nuestra dirección y comenzó a hablar.
—¡Miren quien está de cumpleaños hoy! Nuestro queridísimo Nathan Rowling, excelente músico y el mejor amigo de tragos —la mayoría comenzó a reír por lo último— Nathan, ¡Bro! Esta lucha está dedicada a ti. Simon dice que ganará para ti.
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La melodía del luchador.✅
Novela JuvenilSimon Hoyles vive bajo la traición de su hermano mayor, después de todo el tiempo que ha pasado intentando superar aquello se le es muy difícil olvidarlo. Ha tenido que pasar noches enteras bajo golpes de otros para poder así calmar sus angustías y...