A medida que va pasando el tiempo, la tecnología va avanzando. En la actualidad lideran los jóvenes de la generación que cambiaron muchas cosas de las redes sociales.
Instagram, la red social más usada en los últimos años. Donde una foto, muestra l...
—¡Yahh!¡Aish! —Expresé furiosa al saber que la nerd no contestaba su móvil.
—Srta Park, debe entrar ahora o se le hará tarde —dijo el chofer.
Que por cierto ya se me había hecho tarde.
—No puedo entrar sola —murmuré preocupada. Sigo mirando la hora, esperando unos 5 minutos. Por la ventanilla veo a los tres mosqueteros bajando de un ferrari y entrando al colegio.
«Ash, olvídalo. Me la pagará la idiota».
Miré a mi alrededor, no había casi chicos. Debía entrar ahora para hacer mi entrada espectacular.
Inhalo y exhalo con muchos nervios. Doy dos pasos adelante, pero retrocedo mirando por la ventanilla corroborando que no tuviera nada fuera de su lugar.
—¿Qué haces ___? Tienes que entrar ahora —me pegué regañándome. Coloqué mis lentes y caminé a las puertas del lugar.
«Ya no eres Kim ___, eres Park Hani».
«Acuérdate que tienes una misión de aplastar al imbécil del Bimbo perdido».
Veo como los tres están haciendo su entrada triunfal. Sería una pena que les interrumpiera. Caminé hacía ellos, interrumpiéndome en su caminos. Los empujó y sigo de largo sin dejar esa divaza por dentro.
«No hay perra que valga, que tres tipos de cuarta», pensé sonriente.
Fui a mi casillero, y lo abrí sin dejar de sentir presión por las miradas de la gente.
Un grito furioso se acerca. Adivinen quién era.
—¡YAHH! ¡¿Quién eres tú?! —Me levantaba la voz.
Lo ignoraba, colocando mis libros.
—¿Estás sorda? Te pregunté quién eres.
—Lo siento ¿De qué bosque te perdiste? —Pregunté sonriente.
Exhalo ofendido.
Intenté cerrar mi casillero pero sus dedos se interpusieron.
—Eres nueva ¿No? ¿No te dijeron que debes cuidarte de nosotros? Lo que acabas de hacer es un delito muy grande que se paga.
«Qué dolor de cabeza».
—Oye raton Jerry, te ves estúpido queriendo intimidar a esta gata. No vaya ser que termines arrepentido. —Cerré molesta el casillero con un gran enojó. Verlo me causaba repudió, ganas de golpearlo mil veces, pero cambió al segundo viendo como Chanyeol gemía de dolor por haber aplastado sus dedos.
—Lo si... —«Anin, se lo merece por tonto»—. Gracias por la bienvenida. —Sonreí y me di la vuelta como una gran bitch.
—¡¡YAHH!!
Al doblar la esquina me regañe a mi misma.
—Apenas entró y ya estoy causando problemas. Debo estar muy loca —comenté nerviosa. Era muy difícil hacerse pasar por alguien y que no te reconozcan.
Aclaró mi voz alejándome de todos.
En el jardín empiezo a ver instagram.
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