Ella nunca imaginó que unas vacaciones con su hermano cambiarían su vida.
Él no se esperaba que después de aquella tragedia de la que se sentía culpable, alguien pudiera amarlo de la manera en la que ella lo hace.
Juntos lucharán contra lo que aquel...
Preparamos las maletas, ya que hoy por la noche regresaríamos a casa.
Christopher revisó que el auto estaba bien para poder viajar y yo preparé algunos emparedados para el camino.
Él entro a la cocina y me abrazó por la espalda.
Chris: no me quiero ir- enterró su cabeza en mi cuello y me besó.
Dulce: tenemos que volver amor- sonreí- además en dos semanas es el viaje a México.
Chris: falta mucho, yo quiero estar contigo- besó mi cuello-… todo el día- besó mi hombro descubierto- toda la noche… - me tomó con firmeza por la cintura y me estremeció.
Me giré y besé sus labios, me hizo subir en la barra de la cocina y se paró entre mis piernas sin dejar de besarme.
Bajó sus besos a mi cuello, enrede mis piernas en su cintura acercándolo más a mí, el sonrió en mi cuello.
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Después de muchos besos y caricias por fin estábamos desnudos.
Besó mi cuello y entró en mí, me sentí completa y antes de poder recuperarme comenzó a moverse en mi interior.
Me aferraba a él y sus manos me tomaban firmemente por la cintura y los glúteos.
Varios minutos y embestidas después ambos llegamos al clímax y soltamos sonoros gemidos.
Recargó su cabeza en mi hombro y yo lo abracé y bese su frente.
Terminamos de prepararnos y subimos al auto, Christopher bajó la capota de la camioneta y podíamos ver las estrellas, tomó mi mano y yo admiraba las estrellas mientras él conducía. Sin darme cuenta me quedé dormida.
Sentí besos en mi rostro y abrí los ojos.
Chris: mi amor ya llegamos- susurró.
Estábamos en el auto y a un lado estaba mi casa.
Dulce: gracias amor ¿te veo mañana?
Chris: no sé, ¿te llamo mañana?
Dulce: muy bien- bajamos del auto y él me ayudó a llevar mi maleta hasta la puerta. Nos despedimos y él regresó a su auto.
Entré a mi casa, dejé mi maleta junto a las escaleras y fui a la cocina donde había una luz encendida.
Mi madre estaba preparando té, me acerqué y la abracé.
Diana: hola cariño ¿como te fue?
Dulce: súper bien mami ¿cuándo llegaron?
Diana: ayer por la noche.
Platiqué con mi madre un momento, la empresa de Felipe en Argentina iba muy bien y parece que no se tendrían que ir a vivir allá, pero si tenían que pasar allá por lo menos 6 meses mientras encontraban un administrador para la sucursal.
