Capítulo 18

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Realmente esperaba no tener que ver ese rostro de nuevo en mi vida, me daba muchísimo miedo estar con él

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Realmente esperaba no tener que ver ese rostro de nuevo en mi vida, me daba muchísimo miedo estar con él.

Dulce: Javier- susurré- ¿que estás haciendo? Déjame ir- lo miré a los ojos.

Javier: claro que te y irás muñeca, pero hasta que arregle un asuntito con tu novio y estemos a mano.

Dulce: ¿Christopher? ¿Qué tiene que ver él?- pregunte confundida.
Javier: ya lo sabrás preciosa- y salió de la habitación.

Tenía que salir de aquí, no podía estar más tiempo con éste loco. Traté de liberar mis manos pero fue imposible.

Observé la habitación buscando alguna manera de escapar pero estaba vacía. Mis ojos comenzaron a aguarse y sin poder evitarlo comencé a llorar.

Christopher

Llegué a casa de Poncho y su auto ya estaba en la entrada. Llamé a la puerta y Anny abrió, me miró con los ojos cristalizados la mire como preguntando y me abrazó.

Anny: ella no está- sentí que la sangre abandonaba mi cuerpo y una inmensa angustia me golpeó.

Tenía la esperanza de que esté en casa y que simplemente apagara el celular o lo olvidara y que al llegar me molestara con ser demasiado paranoico, pero eso no había pasado. Mi Dul no estaba en su casa y nadie sabía nada de ella.

Entré junto con Anahí a la sala y ahí estaba Alma sentada en un sillón empapada en llanto, Felipe trataba de consolarla aunque también se veía bastante afectado.

Poncho estaba en la orilla de la habitación llamando a todo el que se le ocurría que pudiera ayudarnos. Me dirigí a él y abracé a mi amigo. Sabía que necesitaba sentir mi apoyo y yo necesitaba sentir el apoyo incondicional de mi hermano del alma.

Es el segundo día que no sabemos nada de Dulce, los chicos vinieron para ayudarnos a buscarla, ya buscamos en todos los hospitales, en comisarias e incluso en la morgue pero ella no aparecía.

Recorrimos las calles para ver si alguien la había visto pero parecía que se la había tragado la tierra. Cada vez me sentía más frustrado e impotente.

Ni los chicos ni yo nos habíamos a dormir o comer hasta encontrar a mi novia.

Alma estaba muy mal, al igual que Poncho y aunque yo trataba de mostrarme fuerte por ellos por dentro estaba realmente destrozado, la chica que amo, el amor de mi vida está desaparecida y quién sabe en que peligros se encuentre.

Dulce

Ayer por la noche Javier me trajo algo de comer, es lo único que he comido en éstos días de encierro. Me sentía muy débil.

Javier: hola bonita- dijo cuando entró.

Dulce: por favor ya déjame ir…  te juro que no le diré a nadie.

Culpable ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora