Capítulo 91

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Dulce
Abrí los ojos y ahora estaba sola en el auto, tenía las manos atadas y estaba amordazada.

Observé el exterior a través de las ventanas, parecía que estábamos rodeados de montañas, no sé cuánto tiempo estuve inconsciente pero lo más seguro es que estos muy lejos de Bogotá.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo, Alex había roto mi brazalete, era la única manera de que Christopher pudiera encontrarme, al menos antes eso me daba algo de esperanza, la ilusión de que él pudiera encontrarme. Pero ahora eso lo veía muy difícil.

Alex: ya despertó la muñequita…- dijo abriendo la puerta.

Me bajó del auto y me llevó hasta una especie de cabaña, algo vieja y descuidada.

Cuando me puso en el suelo me desató las manos y quitó la venda de mi boca.

Dulce: ¿En dónde estamos?

Alex: en Brasil…- lo miré asustada y él comenzó a reír- es broma, no pongas esa cara… aún no llegamos a Brasil, pero estamos muy lejos de tu casita… ahora quédate aquí como niña buena mientras yo arreglo nuestro viaje- tomó mis mejillas y besó la comisura de mis labios.

Cerré los ojos tratando de no sentir su piel contra la mía.

Al separarse me miró sonriendo y se alejó desapareciendo por la puerta.
Observaba la habitación, había una pequeña ventana pero estaba cubierta por maderas, del otro lado de la habitación había una vieja puerta.

Fui hasta ella y encontré un baño, al menos en esta casa no tendría que pedir que me llevarán al baño.

Escuché que quitaban el seguro de la puerta y me paré en la pared del otro extremo.

Un chico que a simple vista parecía aproximarse a mi edad entró con una bandeja en sus manos, era el mismo que había avisado a Alex sobre el avión, el que prácticamente evitó que me abusara aquella vez.

Entró y dejó la bandeja en una mesa que había en medio de la habitación.

Él: come rápido, antes de que llegue Alex…- me dijo suavemente, lo miré sorprendida.

Los pocos hombres que me habían hablado aquí lo habían hecho más como una orden, totalmente diferente a como él me hablaba ahora.

Dulce: gracias…- susurré tímidamente y él asintió antes de salir por completo de la habitación.

Me acerqué a la mesa y pude ver una hamburguesa empaquetada, papas fritas y un enorme vaso lleno de refresco.

Comencé a comer, aunque no tenía hambre tampoco me podía descuidar de esa manera, miré a través de los pequeños orificios que quedaban en la ventana y la claridad del día ya no estaba como antes.

Comenzaba a anochecer, sería la segunda noche lejos de mi familia.

Extrañaba mi casa, la comodidad de mi cama y la seguridad que ahora era nula, pero sobre todo extrañaba a mi familia y a mis amigos que también son parte de ella.

Extrañaba los celos obsesivos de Poncho, la alegría de Anny, ella siempre tenía una sonrisa en el rostro y siempre luce impecable. Extrañaba la serenidad y el optimismo de Maite.

Miré la hamburguesa y no pude evitar sonreír al recordar a Christian, él podría comer sin problema cuatro hamburguesas como la que tengo ahora mismo, él era tan espontáneo, tan gracioso. Siempre tenía algún comentario agradable para todos en cualquier situación.

Él y Thomas son inseparables y juntos son un torbellino, a veces parecen niños pequeños. Thomas es el galán de todos ellos, el que siempre los insita a todos a las fiestas y a la diversión.

Y Derrick, él es algo complicado, por fuera es un chico rudo pero en el fondo, es un adorable niño necesitado de cariño, el cariño que por supuesto Maite había sabido entregarle. Por su simple apariencia todos le temen y en las fiestas era el primero en conseguir chica, bueno el primero después de Christopher.

Suspiré simplemente al recordar su nombre, Christopher… mi niño, él lo es todo.

Puede parecer el chico más mujeriego de todos, pero yo confiaba ciegamente en él, en su amor… tiene una actitud de superioridad con todos, la misma actitud por lo que al principio lo detestaba, me parecía el típico hijo de familia adinerada que se creía la maravilla del mundo, pero al conocerlo… su sensibilidad, su comprensión ante todo y la ternura con la que me miraba fueron lo primero que me hicieron enamorarme de él.

Después sus principios, su cariño, su simple personalidad es algo que me hacía enamorarme día a día de él.

Aunque la apariencia física también ayudó bastante.

Con él planeaba un futuro, una casa llena de niños y un perro, las navidades del resto de mi vida, los cumpleaños y las fechas importantes las quería pasar siempre con él.

Me sentía tan triste, tan frustrada. En éste momento estaría llorando pero ya no me quedaban lágrimas por derramar, ya las había perdido todas.

Terminé de cenar y me recosté en la cama, dejé la luz prendida porque no me atrevía a estar aquí a oscuras.

Hacía un poco de frío pero no había manta o algo con que cubrirme así que simplemente me abracé a mi misma frotando mis brazos tratando de mantener el escaso calor que generaba mi cuerpo.

Cerré los ojos y minutos después cuando me giré al otro costado de mi cama me invadió un aroma familiar.

Mi cuerpo lo reconoció y mi corazón comenzó a latir emocionado.

Tenía miedo de abrir los ojos y encontrarme sola en esa habitación.

###: Dulce…- su inconfundible voz me provocó escalofríos y abrí los ojos muy despacio.

Cuando lo hice me encontré con su hermosa sonrisa, me miró y acarició mi mejilla con ternura.

Dulce: Christopher…

Él me abrazó con cariño y yo me aferraba a su espalda con el miedo de perderlo de nuevo.

Chris: tranquila mi amor… pronto terminará esto.

Susurró mientras me abrazaba. Trató de separarse de mí pero yo no lo permitía.

Dulce: no quiero… no quiero perderte de nuevo…

Me abrazó y yo me recosté en su pecho donde dormí tranquilamente lo que quedaba de la noche.

Dulce: no quiero… no quiero perderte de nuevo…Me abrazó y yo me recosté en su pecho donde dormí tranquilamente lo que quedaba de la noche

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Al amanecer cuando abrí los ojos traté de buscarlo pero él ya no estaba. Me levanté de golpe sentándome en la cama.

Dulce: Christopher…- dije asustada.

De pronto una silueta a mi lado alertó mis sentidos.

Alex: buenos días…- me sonrió y yo tragué saliva-  me alegra que al menos sueñes con él… porque es la única manera en la que podrás estar con mi hermano.

Dijo tensando la mandíbula, lo miré fijamente y él se levantó y caminó hacia mí. Me alejé de él aún en la cama pero él me tomó del codo con tanta fuerza que seguro me dejaba marca.

Alex: ahora eres mía Dulce y dejarás de serlo hasta la muerte…

Él odio que vi en su mirada me provocó escalofríos.

Sí creía que él podría arrepentirse de todo y cambiar, ahora me daba cuenta de lo equivocada que estaba, Alex de verdad odiaba a Christopher y haría lo que fuera para lastimarlo y por ahora la forma más efectiva de lograrlo era apartarme de él, aunque de esa manera a mí también me desgarraba el corazón.

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