Capítulo 81

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Christopher
Estaba con mis amigos en el jardín de la casa de mi novia, hablábamos de cosas sin importancia y nos reíamos de tonterías.

Maite, Valeria y mi novia salieron de la casa y se sentaron junto a nosotros. Últimamente Maite se ha acercado más a Vale o al menos ya no le es tan indiferente como antes. Tal parece que Anny tuvo mucho que ver en eso. Porque aunque esté lejos ella siempre está pendiente de sus amigas e incluso de nosotros, sobre todo de Poncho.

Dulce: mi amor...- volteé a verla encontrándome con su rostro muy cerca del mío- te quedaste en la luna Chris.

Chris: lo siento... - besé sus labios- ¿Cómo les fue?

Dulce: muy bien... terminamos todo el proyecto y lo mejor es que nos quedó perfecto, justo cómo queríamos.

Chris: que bien amor.

Dulce: ¿Ustedes que hacían?

Chris: nada, recordando viejos tiempos.

Dulce: ¿Los viejos tiempos cuando te ligabas a toda escoba con piernas que conocías?- dijo susurrando cerca de mis labios y rodeando mi cuello. Yo sonreí.

Chris: si, algo así...

Dulce: ¿Y extrañas esos tiempos?- negué con la vista perdida en sus labios.

Chris: para nada- dije apenas con un hilo de voz y cuando estaba a punto de besar sus labios ella se alejó.

Dulce: más te vale- sonreí y capturé sus labios tan rápido que no tuvo tiempo de evitarlo, así que sólo sonrió en medio del beso

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Dulce: más te vale- sonreí y capturé sus labios tan rápido que no tuvo tiempo de evitarlo, así que sólo sonrió en medio del beso.

Nos separamos cuando escuchamos que alguien se aclaraba la garganta y cuando volteando todos los chicos nos miraban.

Dulce se puso tan roja como un tomate y bajó la cabeza apenada mientras mordía levemente su labio inferior. Yo simplemente sonreí.

Chris: lo siento...

Thomas: si claro- dijo sarcástico.

Christian: bueno comamos ya porfavor, muero de hambre- dijo haciendo puchero.

Comimos una rica barbacoa en el jardín y disfrutamos la compañía de todos.

El día pasó rápido entre fútbol, piscina y comida con amigos. Me encantaban estos días, me hacían olvidarme de todo y creer que al fin estábamos a salvo.

Cuando la noche llegó caímos rendidos tan rápido que apenas recuerdo cuando me acosté junto a Dulce.

A la mañana siguiente desperté cuando la alarma comenzó a sonar, me levanté con pereza y entré a la ducha, las duchas matutinas, siempre eran muy refrescantes y me daban la energía para comenzar el día.

Cuando salí escuché que mi celular estaba muy insistente y lo apague antes de que el sonido despertara a Dulce.

Voltee a verla pero ella apenas e hizo una mueca y se acomodó de nuevo para dormir, sonreí negando y me centré en mi celular.

Culpable ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora