Capítulo 76

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Christopher
El camino a la habitación donde dormía mi hermana me pareció eterno, en el pasillo me encontré a Poncho quien  también había salido al escuchar los gritos.
Llegamos corriendo a la habitación y cuando abrí la puerta, ambos nos quedamos de piedra al mirar a Valeria gritar y patalear aterrada, tenía los ojos cerrados pero aún así un torrente de lágrimas salían de ellos.

Traté de sujetar sus manos pero ella seguía gritando, Poncho se acercó para despertarla pero en cuánto abrió los ojos el terror que vi en ellos me partió el alma.

Valeria: ¡no! Déjame por favor... Ya es suficiente ¡no me toques!...

Se encogió en la cama como una niña pequeña, no dejaba que Poncho o yo la tocáramos.

La mirábamos sin saber qué hacer mientras ella lloraba y temblaba suplicando que no la tocaran.

Dulce llegó corriendo seguida de Maite y al ver la escena ambas se detuvieron de golpe.

Mi novia me apartó y se acercó a mi hermana con cuidado, Vale se cubría los oídos y lloraba con terror.

Dulce: tranquila Val... todo está bien, aquí estás a salvo- tocó su mano con cuidado y mi hermana se refugió en sus brazos sin dejar de llorar.

Maite tomó su mano y Vale se aferraba tanto a ellas como una niña pequeña buscando consuelo.

Poncho y yo nos quedamos inmóviles en medio de la habitación, no comprendíamos lo que pasaba, hace sólo unos minutos todos dormíamos tranquilamente y ahora estábamos tan angustiados que no podíamos ni emitir palabra.

Dulce acariciaba el cabello de Valeria y ella poco a poco dejó de llorar, minutos después volvió a dormir aferrada a Maite y Dulce, su respiración era pausada pero de vez en cuando suspiraba con mucho sentimiento.

Poncho y yo estábamos sentados en el piso recargados en la pared mientras ellas estaban en la cama junto a mi hermana que ahora parecía dormir más tranquila. Dulce nos miró y se levantó con cuidado.

Dulce: creo que ella no va a despertar, es mejor que regresemos a dormir.

Mi amigo asintió y se levantó, yo lo imité.

Poncho: estaré pendiente por cualquier cosa.

Maite: yo también…- se levantó de la cama- buenas noches- susurró y sonrió triste después salió de la habitación junto a Poncho.

Yo miraba el piso incapaz de mirar a mi hermana, me moría de pena que ella sufriera de esa manera por culpa del imbécil de nuestro hermano.

Sentí caricias en mi mejilla y unas manos alrededor de mi rostro que me hicieron elevar la mirada para ver a mi novia a escasos centímetros.

Sonrió triste y besó mi rostro varias veces provocando que una leve sonrisa apareciera en mi rostro.

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Culpable ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora