Odio Amarte

Capítulo 4

Veo en cámara lenta cuando Liam se acerca hacia mí como un toro que ve en rojo, cada paso parece un choque eléctrico a mi corazón haciéndolo latir con más intensidad al punto que creo escuchar los densos latidos.

En menos de un segundo tengo al castaño a diez centímetros de mi cara, con sus puños tan apretados que se le marcan las venas, con su mandíbula tensa y con las pupilas tan dilatadas como si algún demonio lo hubiese poseído. Debo inclinar la cabeza casi a noventa grados, ya que Liam me saca cabeza y media pero, aunque me vea como un pequeño conejo en las narices de un lobo apunto de devorarlo y aunque me sienta como uno, decido sostenerle la mirada.

No voy a mentir, por un momento creí que me hacía en mis pantalones, el miedo está presente, lo siento denso por cada extremidad de mi cuerpo, pero no dejaré que me gane. Me cuesta respirar y temo que al tenerlo tan cerca pueda el también oír los latidos de mi corazón, sin embargo me decido a dar pelea.

-Pagaras por lo que hiciste y muy caro –Tiene la mandíbula tan presionada que le cuesta decirlo.

-¿En serio? ¿Y cuál será mi castigo? –Pregunto con ironía- ¿Más humillaciones y maltratos? ¿Sabes qué? Hazlo, has lo que quieras, trátame como se te dé la gana, la manera en la que buscas sentirte a penas mejor contigo mismo ya no me interesa, no esperaré que dejes de hacerlo pero no pienses ni por un segundo que seguiré callada y quieta, no pienses ni por un segundo que te seguirás metiendo con alguien inferior a ti porque ahora si sabrás lo que es meterse con alguien de tu tamaño –Siento que me hago más alta con cada palabra que escupo.

No es solo un decir, siento lo que digo, siento en los huesos una seguridad que me afirma que, aunque sea pequeña y débil, tengo un valor que me hace ver grande, incluso más grande que él.

Espero que se largue a reír o diga algo estúpido en su defensa, sin embargo veo un destello en sus ojos que hacen que sus pupilas vuelvan a su tamaño normal y que sus globos oculares se desaten moviéndose de un lado de un lado a otro siguiendo una línea entre mis dos ojos. Espero un golpe, espero una sonrisa sínica y burlona, espero un insulto, espero todo menos que se dé la vuelta alejándose de mi para dirigirse de nuevo hacia su moto como si nada.

¿Acaso deje sin palabras a Liam Payne? Mi autoestima aún está muy lejos del punto en el que pueda creérmelo.

Me percato de mi entorno, todos los que estaban en el estacionamiento hicieron una ronda a nuestro alrededor y ahora murmullan sorprendidos. El grupo de Liam me mira con rechazo por un momento pero deciden ignorarme pasando su atención en el pobre Liam y su moto lisiada.

Salgo del círculos de personas y cuando estoy lo suficientemente lejos logro respirar como si hubiese estado conteniendo el aire todo el tiempo.

-¡Wow! –Oigo a Scarlett detrás de mí- Creí que iba a ver morir a mí mejor a miga pero en su lugar la vi triunfar –Dice con orgullo y la miro con una sonrisa.

-No te pareció extraña su actitud –Cambio de tema mientras comienzo a caminar hacia la salida.

-No en realidad, le hiciste frente, sentí cada palabra que dijiste, sin miedo, sin inseguridad, de hecho todo lo contrario. Todos lo sentimos, seguro el también así que ahora se la pensara dos veces antes de intentar algo contigo

-Pues yo creo que olio mi miedo y está planeando una gorda y fea para hacerme.

-Lo que sea, no lo sabemos ahora pero lo que sí quedó claro amiga es que todo va a cambiar para ti.

Esta mañana entre al colegio con el temor e incertidumbre de todos los días, con el recelo hacia un sistema pre programado e intocable creado por algún imbécil en el que todos están en tu contra porque sí y con el único fin de que estés cada vez más abajo para que ellos estén cada vez más arriba; y ahora salgo con seguridad de que ese sistema que parecía un una pared blindada en realidad era un delgado muro de vidrio al cual arroje una roca y tricé.