Odio Amarte

Capítulo 29

Si hace un mes y medio me hubieran preguntado cómo me vería hoy, seguro habría contestado; con sólo una amiga, ignorada por mis padres, maltratada por Liam y sus amigos, con la misma rutina, expresando como me siento en poemas... Igual que siempre.

Pero estoy en una cita con mi maltratador, quien me hace sentir mariposas en el estómago ¿Extraño no? No sé cómo fue que paso. De un día para él otro dejé de ser su víctima y de un día para el otro comenzó a gustarme.

-Adivina – Digo.

-Si contesto correctamente ¿Qué ganaré? –  Pregunta con sus ojos entrecerrados.

-Lo que tú quieras.

-¿Un beso? –  Alza sus cejas.

-Hum... Está bien, si adivinas mi sabor de helado favorito te doy un beso – Sonrío.

-Chocolate –  Suelta y sonríe victorioso.

-Hum no.

-¿Frutilla?

-Nope.

-Espera un momento –  Acaricia su barbilla pensando.

-No tengo todo el día –  Dice irritada la chica del otro lado del mostrador.

-Lo siento –  Me ruborizo –  Yo quiero crema americana con chispas de chocolate.

-Crema americana con chispas de chocolate ¡Adivine! Quiero mi beso –  Río.

-Yo te lo dije, no tendrás nada –  Niego riendo.

-Pero...

-¡Ya! ¿Qué sabor quieres? –  Grita la chica y me exalto.

-Arándanos –  Dice Liam y río por su cara de espantado.

La chica se da la vuelta para preparar nuestros conos de helado y Liam le saca la lengua. Me rio y él se une a mi risa.

Después de unos minutos se da vuelta y nos entrega los helados.

-Son diez libras esterlinas –  Dice la chica sonriendo falsamente.

Liam me pide que tenga su helado y saca su billetera.

-Debería darte menos por gruñona y aguafiestas –  Dice Liam entregándole el dinero.

-Adiós –  Digo y le sonrío falsamente.

Antes de que pueda contestar, Liam me abraza por los hombros y me saca de lugar. Caminamos hacia su moto que está a unas cuadras.

-Jamás volveremos a ese lugar –  Advierte Liam.

-No creo que nos dejen entrar si lo hacemos –  Me encojo de hombros y reímos.

-Ya –  Dice cuándo para de reír.

Con su pequeña cuchara toma un poco de helado y se lo lleva a su boca. Lo imito y siento la helada pero deliciosa crema deshacerse en mi boca.

-Creo que me debes algo –  Dice Liam después de un momento.

-Ah, sí, luego te pagare el helado y el boleto para el London Eye –  Finjo haber mal entendido.

-No me refiero a eso –  Entrecierra sus ojos.

-No te daré un beso, yo dije el sabor.

-Está bien –  Se da por vencido –  ¿Si adivino tu color favorito me lo das? –  Blanqueo mis ojos.

-Bien, pero te advierto que es difícil –  Llevo otra cucharada de helado a mi boca.

-Escarlata –  Dice seguro.