Capítulo 44

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Sólo faltan dos horas para el baile y comienzo a desesperarme. Liam no ha venido a mi casa ni me ha llamado. Estuve todo el día llamando a Scarlett para preguntarle de mi vestido pero no contesta.

Creo que esta noche la pasaré en mi habitación con un kilo de helado y llorando, lo merezco, por estúpida.

-Pase – Digo ante el golpe a mi puerta.

-¿Hija…? ¿Qué haces en pijama? – Me pregunta mi madre cuando me ve – ¿No deberías estar alistándote para el baile?

-No sé si iré – Miro mis manos apenada.

-¿Por qué? ¿Es algo que hizo Liam?

-Sí… pero es más mi culpa – Me golpeo internamente.

-Bueno, no tienes pareja pero esa no es excusa para no ir al baile de graduación.

Tiene razón pero…

-Tampoco tengo vestido – Frunzo los labios.

Mi madre me mira con las cejas juntas, definitivamente no entiende nada.

-Es una larga historia – Explico.

-Si quieres puedes usar este – Me dice refiriéndose al vestido que trae puesto.

-Es lindo ¿Por qué llevas vestido de fiesta? ¿A caso serás chaperona de mi baile y yo no lo sabía?

-No, yo también tengo un baile… – Me guiña un ojo y frunzo el ceño – Un baile de trabajo – Explica y río.

-Genial, mi madre irá a un baile y yo no – Me tiro hacia delante chocando mi rostro contra la almohada.

-Oh, hija ¿Ya le llamaste a Liam?

Hago un sonido con mi garganta negando.

-¿Por qué?

-¿Por qué no le llamas a tu novio después de una pelea? – Pregunto sin sacar mi rostro de la almohada.

-Amy, dime ¿Qué ganas con tu orgullo? – Pregunta y me levanto pensando en que no estoy ganando, la verdad.

-Nada…

-Exacto, estás perdiendo. No irás al baile de graduación porque tu orgullo no te deja que le llames a Liam para que arreglen sus problemas ¿Qué ganas sin orgullo?

-Ir al baile, tal vez – La miro con una mueca.

Ella sonríe y camina hacia la puerta.

-Oh mamá ¿Qué querías?

-Casi lo olvido, Liam vino y te trajo algo.

-¿Qué? – Pregunto y salgo de la habitación antes que ella.

Bajo las escaleras y busco en la sala pero no está, miro hacia la cocina, tampoco está.

-Te dije que vino, no que se quedó – Dice mi madre bajando las escaleras.

-¿Qué me trajo? – Pregunto sin ánimos.

Seguro trajo las bolsas que olvidé ayer. Eso me desanima más porque tendré el vestido, que no es el que quiero, pero no tendré la pareja.

Mi madre alza del sofá una bolsa y me la da. Sí, son las bolsas que olvidé ayer.

Hago una mueca y subo las escaleras pesadamente. Entro a mi habitación y me recargo en la puerta detrás de mí. Miro mi teléfono, no tengo mensajes ni llamadas. Marco el número de Liam ¿Le llamo o no le llamo?

El orgullo no me detiene, mi inseguridad sí, la inseguridad de que no me conteste o que me conteste y sea distante o que no sea distante pero que no quiera ir al baile. ¡Hgg!

Odio AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora