Capítulo 27

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Escucho un irritante ruido, que cada vez suena más fuerte. No recuerdo activar el despertador, pero no es el despertador. Es mi celular.

Algo dormida paso mi mano por debajo de mi almohada hasta que toco el celular. Entrecierro los ojos por la encandilante luz, es una llamada de un número desconocido.

-¿Hola? – Pregunto después de contestar.

Mi voz suena pesada y ronca. Mis ojos vuelven a cerrarse. 

-Hola tostada – Frunzo el ceño y me siento.

-¿Quien habla? 

-Adivina – ¿Pero qué...

-Es muy temprano para adivinar, pero pienso que eres un idiota que se confundió de número. 

Escucho que ríe.

-No soy un idiota, soy Liam.

Sonrío ampliamente y siento las cosquillas en mi estomago, o quizá es sólo hambre. 

-Sí, si lo eres – Río – ¿Por qué me llamas tan temprano? 

-Son cinco y treinta, no es tan temprano tostada. 

-Se supone que tengo que levantarme dentro de una hora más – Lo fulmino con la mirada, aunque es estúpido porque no puede verme – Y ¿Por qué me llamas tostada? 

-Porque... Estoy comiendo una tostada y me acordé de tí y decidí llamarte. 

-Una tostada te recuerda a mi, que tierno – Digo sarcástica. 

Escucho que ríe y me hace reír. Cuando paramos de reír, el silencio se torna incomodo. 

-¿Estabas durmiendo? – Pregunta para romper el hielo. 

-No, estaba de compras – Lo escucho reír – ¿Tú por qué estas comiendo tostada tan temprano? 

-Salí a correr y recién llego, tengo hambre y estoy comiendo una tostada – Escucho el crujiente sonido de la tostada siendo mordida. 

-Que buena manera de empezar un Lunes – Bostezo y me tiro de espalda.

-¿Estas en la cama? 

Asiento con los ojos cerrados. No puede verte idiota. Mi subconsciente despertó. Hago un sonido con mi garganta afirmando. 

-Levántate y ve a la ventana, quiero mostrarte algo.

Mierda ¿Esta aquí? Me levanto y corro hasta la ventana, abro las cortinas y miro hacia la calle. No hay nadie.

-Ya estoy en la ventana ¿Que quieres mostrarme? – Pregunto con descepción. 

-El amanecer. Yo también estoy viéndolo, imagina que lo vemos juntos – Las cosquillas vuelven. 

Sonrío como idiota, mientras veo el primer rayo de sol asomarse por el horizonte. 

-¿Recuerdas lo que te dije de él? – Pregunta.

Asiento y blanqueo mis ojos por mi idiotez.

-¿Puedes recordármelo? – Pregunto.

Recuerdo lo que dijo, sólo quiero que lo repita. 

-El amanecer es el inicio de un nuevo día y un nuevo día, es una nueva oportunidad. 

-¿Nueva oportunidad para qué? 

-Para lo que tu quieras tostada. 

El silencio se hace presente, pero ya no es incomodo. Sé que está mirando el amanecer, igual que yo. Quisiera que este a mi lado, así este momento terminaría de ser perfecto.  

Odio AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora