Capítulo 39 EDITADO

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-Bianca respóndeme, si me dices que quieres esperar lo hare o si quieres solo jugar como hasta ahora por mí también esta bien, pero necesito una respuesta de tu parte.- Se ríe sonrojándose más y me acerca a ella para besarme. Me dejo llevar hasta me acuerdo que necesito su respuesta-. Respóndeme con palabras no con acciones.

Y con eso se vuelve a reír.

-Jaspers no puedo creer que me preguntes eso ahora luego de que te grite que quiero perderla contigo... es un poco tonto de tu parte.

-Puedes cambiar de opinión.

Me mira mordiéndose el labio y escucho su corazón latir rápidamente. Justo cuando me iba a plantear qué esta pesando vuelve a acercarme a ella pero esta vez rodeando sus piernas en mi acercando su sexo al mío erizándome la piel. Me abraza por sobre los hombros y esconde su cara en mi cuello.

-Mi cuerpo es la clara respuesta, te deseo- y si que lo es, siento su humedad a través de mi bóxer, su calor emanando por sus poros y ese olor tan endemoniadamente exquisito que a cada segundo que pasa se vuelve más intenso.

Su corazón golpetea en mi pecho y yo trato de tranquilizarme. Necesito hacer las cosas bien.

Tengo que ser delicado con ella, no una bestia salvaje.

Pero maldita sea ella no me hace las cosas fáciles.

-Muévete- pide desesperada queriéndome sentir.

-No. Déjame hacer las cosas bien. Me alejo de ella viéndola con el ceño fruncido pero me acerco para besarla tiernamente.

Nuestros labios se mueven al compás, lentamente, degustándonos, conociéndonos, queriéndonos.

Mis manos recorren su cuerpo lentamente sin quererme perder nada de él, subo hasta sus pechos en donde los contorneo y acaricio con las yemas de los dedos, gime y se acerca más a mi tacto.

Me agacho y los lamo degustando su sabor, sintiendo su pezón duro bajo mi lengua.

Sigo mi recorrido de besos hasta su abdomen y quiero seguir bajando pero ella me lo impide por lo que vuelvo a subir.

La miro embelesado y acaricio su rostro sin poderme creer que por fin la hare mía.

Me saco en bóxer liberando a mi amigo.

Me estiro para sacar un condón de la mesita que esta junto a la cama pero ella me interrumpe.

-No. Compre pastillas así que no te preocupes.

Sonrió emocionado.

Oh Bianca cada vez me sorprendes más.

-Mi amor esto te va a doler, no sé qué tanto pero me tienes que decir y me detendré.- asiente con la cabeza y me mira nerviosa- tranquila.

Lo acomodo en su entrada y me muevo hacia adelante lentamente hasta que entra un poco sacándole un sonido lastimero.

Me detengo de inmediato pero no salgo de ella.

La abrazo y la beso tratando de que no se concentre en el dolor.

Me muevo un poco más y me abraza con más fuerza.

-Duele-. Dice estremeciéndose.

Y mi lobo quiere llorar ¿Por qué le tengo que hacer daño para hacerla mía?

-Ya mi amor, ya no te dolerá- me voy a salir pero ella me dice que no.

-Sigue, ya se me pasara.

-Hare que todo tu dolor se vuelva en placer mi amor, solo espera.

Y con esa promesa comienzo otra vez a entrar en ella lentamente, sin apuros hasta que he entrado totalmente.

Dejo que se acostumbre y me comienzo a mover lentamente.

-¿Te duele?- niega y va a mi encuentro.

Beso su cuello y sus pechos sacándole gemidos, acaricio su vientre y su rostro.

Su respiración comienza a volverse más rápida y se comienza a mover debajo de mí, sacándonos suspiros a los dos.

Nuestra excitación y deseo va en asenso al igual que el calor.

Me comienzo a mover más rápido, pero sin ser brusco recordándome que es su primera vez.

Ella comienza a gemir y entierra sus uñas en mi espalda rasguñándome.

Gruño excitado y me muevo aún mas rápido.

-Si... oh- suspiros y gemidos salen de su boca y yo solo no puedo dejar de tocarla.

Mi lobo pide más, mi cuerpo lo desea y ella también.

La penetro mas profundo y gime mi nombre.

Sigo así hasta que siento como sus paredes aprietan mi miembro y sé que está a punto de llegar.

La miro y por poco me corro al verla agitada con los ojos cerrados de placer mordiéndose el labio inferior.

Muerdo su labio liberándolo y le pido que me mire.

Abre los ojos apenas y solo veo sus ojos dilatados, llenos de placer.

Penetro una vez mas y se corre gritando mi nombre aferrándose fuertemente a mí.

Escondo mi rostro en su cuello mientras sigo penetrándola y siento como mis colmillos se agrandan, mi lobo quiere marcarla.

Respiro su esencia, la embisto dos veces mas y me dejo ir con un gruñido gutural de placer.

Me dejo caer sobre ella sin fuerzas pero recuerdo no apoyar todo mi peso.

Siento como me abraza y respira fuertemente.

Nos quedamos así, abrazados escuchando nuestras respiraciones hasta que saco mi cara de su cuello y la miro relajada, dulcemente acostada bajo mío.

Salgo de ella provocándole una mueca y levanto las ropas para taparnos acostándome a su lado.

-¿Estas bien? ¿te dolió mucho?- pregunto mientras acaricio su espalda con mi dedos estrechándola en mi pecho.

-Estoy mas que bien- ríe tiernamente causando que mil mariposas vuelen en mi interior.- ahora soy tuya.

-Y yo tuyo.- siento como sonríe y dice alegremente:

-Eso me gusta.

Y con eso se queda dormida en mis brazos mientras yo cuido de sus sueños.

Me imagino un futuro en donde durmamos todos los días juntos abrazados, queriéndonos, deseándonos buenas noches y que ella sea lo primero que vea y lo último.

Por fin eso se puede hacer realidad.

Ella es mía en cuerpo y alma.

<< pero no la marcaste >> ruge mi lobo enojado.

Y no podía hacerlo, por más que lo deseara y que doliera las encías. No quería causarle otra vez dolor.

Hoy no.

Pero pronto tendré que hacerlo si o si y es que una vez estando con ella la tengo que marcar.


Mi Mate es ¿lesbiana? ~EDITADO~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora