Capítulo 11 EDITADO

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-Bueno yo me voy, volveré en un par de horas más, espero que te cuides o si no te enfermaras y me volverán a culpar por eso.- se despide con un movimiento y se aproxima a la puerta de mi habitación.

-¿No te puedes quedar?- le suplico a lo que ella responde con una mueca con los labios. Dios, tengo que convencerla, deseo tenerla aunque sea unos instantes más- piensa, quedan alrededor de 4 horas para que llegue Romina y entre que te vayas se harán 2 horas y tendrías que volver de inmediato... por favor quédate.

Ella lo piensa un poco y asiente resignada.

Mi lobo aúlla de felicidad.

-Ven debes de estar agotada- estiro mi mano la cual tirita.

Ella después de que reciba el collar se ira y no querrá volver más, lose, lo tengo claro y aun que no quiera aceptarlo sé que será así.

Solo me trató bien porque sintió culpa por verme así, quizás tuvo cargo de conciencia o simplemente es tan buena que no pudo irse sin cerciorarse que estaba bien, aunque mi lobo decía que lo hacía porque me quería y no me quería ver mal porque le gusto.

Que estupidez eso.

Pero ella la acepta sin problemas, suspiro quitándome toda la ansiedad.

-Duerme un rato y yo te despierto cuando llegue Romina ¿te parece?

-No creo que sea buena idea- la miro con suplica y pongo carita de perro mojado que al parecer hace efecto en ella- ni siquiera tienes almohada- trata de sacar su última carta pero yo tengo mi joker escondido. La vuelvo a jalar despacio y me acuesto para después hacer que ella se acueste.

-Ven, ya dormiste una vez conmigo, no pasa nada, no muerdo- ella me mira seria y se acuesta a mi lado. Paso mi brazo por debajo de su cuello haciendo que su cabeza descanse en este.- ¿cómoda?- no dice nada solo cierra los ojos sin mirarme mientras la cubro con la ropa de cama.

Pasan unos minutos y su respiración de ralentiza dándome a creer que está durmiendo.

Se siente... es algo que ni siquiera puedo describir el hecho de que descanse en mí, estando los dos en la misma casa. Pienso en que así podría ser nuestro futuro de no ser por sus gustos, no me quiero rendir pero tampoco quiero hacerle daño y que me aleje. Ella misma me dijo que me odia y duele, duele saberlo.

Le acaricio en pelo con mi otra mano libre.

-No me odies por favor, perdóname- le digo haciéndole cariño en la mejilla con la punta de mi nariz.

-No te odio, solo lo dije porque estaba enojada, pero no te odio. Sí, estoy enojada por lo que me hiciste pero comprendo que estabas fuera de ti- abre los ojos y mira directamente a los míos- quiero creer que no eres malo, que no lo hiciste a propósito.

-¡NO!- grito asiendo que ella se asuste- perdón- aclaro mi garganta- no lo hice a propósito, créeme que mi intenciones nunca fueron hacerte daño, pero al verte con ella y tú me dijiste que era tu novia y yo me desespere y te querías ir y, y, y...- me desespero tratándole de explicar pero ella me detiene poniendo un dedo en mis labios callándome.

Gimo.

Que ganas de besárselo, que ganas de besarla a ella.

-Entiendo, no te preocupes pero prométeme que nunca más lo volverás hacer si es que nos volvemos a encontrar.

-Lo prometo- digo aun con su dedo en mis labios y ella lo saca sonriéndome.

No aguanto más y la atraigo a mí.

-Ya, ya paso, ya te perdone, ahora relájate porque tu corazón va a mil por hora- se ríe- no quiero presenciar una muerte- vuelve a reír pero lo que ella no sabe es que mi corazón esta así de agitado por su cercanía, al tenerla en mis brazos y no poderla besar.

Todo sería tan diferente si fuera loba o aun que sea no fuera lesbiana.

Luna ¿Por qué me castigas así?

Mi Mate es ¿lesbiana? ~EDITADO~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora