Rude. [Taekook]

[1]

Jungkook entró al salón de clases y ninguno de sus amigos se sorprendió al verlo serio y cansado, a pesar de que era Lunes y había tenido dos días enteros para descansar.

Hoseok, uno de sus mejores amigos, rió al ver como se formaba una sonrisa en la cara de Jungkook cuando éste vio a Kim Taehyung, uno de los chicos con los que compartían clase.

Jungkook se sentó con Hoseok y sus amigos, Namjoon y Yoongi, estaban en los asientos de adelante.

—¿Puedes ser más obvio? —Preguntó el pelirrojo y Jungkook ni siquiera lo miró, solo se levantó y fue rápidamente hacia donde estaba Taehyung. Apoyó sus dos brazos sobre la mesa, descansando su cabeza sobre sus palmas y acercándose al rubio.

—Hola. —Dijo Jungkook con una sonrisa y varias chicas envidiaron a Taehyung, ya que llevaban años intentando que Jungkook les sonría así.

—Hola. —Respondió Tae, levantando la mirada y mirando fijo al castaño, sin siquiera sentirse un poco intimidado o avergonzado al notar que el menor había mirado todo su cuerpo antes de volver a sus ojos.

—Tienes los ojos más bonitos que he visto en toda mi vida, precioso.

Jungkook le sonrió coqueto y seguro de sí mismo, él no sentía nada de vergüenza a la hora de conquistar a quienes le llamaban la atención, y conocía a Taehyung hace años, aunque éste no lo veía más que como alguien con quien compartía clases.

El rubio rodó los ojos antes de volver a mirar a Jungkook; el menor llevaba años tratando de conquistarlo, aún cuando le había repetido que nunca iba a estar interesado en él.

—Y tú tienes los piropos más baratos que he escuchado en toda mi vida.

Hoseok, quien escuchaba todo desde su lugar, rió a carcajadas al ver a su amigo fracasar. Jungkook lo miró de mala manera antes de volver a mirar a Tae.

—¿Los piropos no son suficientes? Si quieres puedo bajarte la luna, Taehyung.

—¿Y yo para qué quiero la luna?

Los amigos de Jungkook rieron a carcajadas después de escuchar la seca respuesta de Taehyung. El castaño suspiró rendido y volvió a su asiento. Al sentarse suspiró nuevamente y miró por última vez al rubio, el cual ya estaba ocupado en otra cosa.

—Ya deberías parar, Kook. —Dijo Yoongi divertido, y Jungkook negó con la cabeza casi al instante.

—No, no voy a parar hasta tenerlo conmigo.